* * *
Los primeros rayos del alba iluminaron Baola.
Tras recibir la llave, Murakan sintió amargura, arrepentimiento, tristeza, añoranza, odio a sí mismo, impotencia durante un rato.
Todo tipo de emociones pesadas y oscuras le roían el pecho.
'Un amigo'.
Un amigo que significaba para él más que cualquier otra cosa.
Para Murakan, Temar era el tipo de hombre junto al que lucharía en cualquier combate si quisiera, y si estuviera en peligro de muerte, daría su vida por salvarlo.
Pero no podía.
Si el gran dragón negro tuviera que elegir el acontecimiento más doloroso de su vida de más de tres mil años, sería ese.
[Miaa.......]
Shuri lamió el hombro de Murakan. Cuando él no respondió a sus lamidas durante un rato, ella dejó escapar un pequeño sollozo, y luego entró en la piedra roja.
Murakan...
Al ver su cara de tristeza, Jin se quedó sin palabras.
Jin de su vida anterior, recordaba haber perdido a alguien que era más importante para él que cualquier otra persona.
El día en que fue desterrado del Jardín de las Espadas, Gilly había sido sellada como si fuera cualquier cosa y obligada a soportar un castigo peor que la muerte.
La última imagen de Gilly antes de su regresión pasó por su mente, mareándolo.
La mano de Murakan temblaba mientras sostenía la llave.
Pronto, Murakan apretó la llave entre sus manos y la abrazó contra su pecho. Sus enormes músculos parecían ramas secas y su espalda se balanceaba.
Sus hombros se agitaban y sollozaba por un amigo al que había herido y dejado atrás hacía tanto tiempo.
Jin se acercó lentamente a Murakan. Sentía que debía consolarle.
Pero al momento siguiente.
"......Ai, mierda. ¿Qué te pasa?".
Murakan emitió un quejido de niña.
"Uh, hmm, ¿Murakan?"
"Esta llave, parece que no puedo conseguir que se active, no importa cuántas veces use mi energía espiritual. Ha, veamos quién gana maldito juguete".
La espalda de Murakan temblaba, pero no porque estuviera sollozando.
Era sólo porque estaba empujando furiosamente su reiki hacia la llave.
Apretó la llave contra su pecho como un abrazo.
Al principio, inyectó ligeramente con una mano, pero cuando no funcionó, empezó a inyectar grandes cantidades de energía con ambas manos.
"¡Oh, Mierda! Creo que ya he perdido cinco estrellas".
Jin se quedó algo... boquiabierto.
Pronto soltó una carcajada.
"Deja de ser tan molesto. Cuando vuelva, voy a ir de vacaciones a Gili Bar, así que puedes venir conmigo".
¡Boom!
Murakan giró la cabeza a la velocidad de la luz.
"¡En serio!"
"Sí, bueno, es difícil. Gilly no tiene que vigilar tu comportamiento por mi culpa".
"Hacía mucho tiempo que no te oía decir nada que mereciera la pena, chico. Kahaha, sí. Voy a ir a divertirme un poco con Tarta de Fresa, y luego volveré a.… "
"Pero, Tarta de Fresa, no. Es posible que Gilly te haya rechazado. ¿Has pensado en eso?"
"¿Perdón?"
"Porque pareces pensar que, si tuvieras vacaciones, Gilly va a aceptar tu cita. Pero si te vuelve a rechazar, no sé si podré soportarlo. Me va a doler".
Murakan, que estaba a punto de hacer un mohín, resopló en su lugar.
"¡Heng! No sabes de lo que estás hablando. Quiero decir, llevas en Laprosa desde finales del 97... De todas formas, no cambies de tema, eso no va a pasar".
Fue una respuesta extrañamente acalorada por parte de Murakan.
'¿A qué viene esa confianza? No, espera, acaso esos dos, ¿Están en una relación…? De todos modos, ¿Por qué me importa eso a mí?
'Es sólo un niño pequeño, sólo está siendo molestoso, pero ¿Y si realmente soy rechazado?'
Por supuesto, Jin y Murakan no podían leerse la mente.
"Sí, sí. Activa la llave, gran dragón negro".
"Uh, espera. Hmm....!"
Murakan empezó a infundir energía espiritual a la llave de nuevo.
Pero por mucho que la vertiera, no había respuesta.
"Solderet, cabrón. Para qué demonios has hecho este aparato".
Murakan tiró la llave al suelo y soltó un fuerte suspiro.
"Debe estar usándose mal, o Pikon me dijo algo equivocado".
"Ninguna de las dos cosas. Ya te dije el otro día que Solderet fabricaba muchas de éstas. Pikon no pudo haberte engañado. Aquí es definitivamente donde Temar está enterrado, puedo sentirlo".
"Entonces, ¿Por qué no...?"
¡Whoosh......!
Jin miró reflexivamente a su alrededor mientras Murakan se transformaba en su verdadera forma.
Era una llanura abierta, nada ocultaba a Murakan.
"Acabas de regresar de las Montañas Holar, y pareces un anciano. ¿Por qué esa repentina transformación?"
[Al parecer, esta llave, no requiere la ingestión normal de energía espiritual para activarse. He agotado la energía espiritual disponible en mi forma humana].
Jin miró a Murakan, perplejo.
"No, quiero decir, ¿Cuánto reiki requiere esta cosa?".
[Eso es algo que tendremos que averiguarlo ahora. Mantente alerta, y si te cruzas con algún resto de la Sociedad de Magia Oscura, mátalo].
"Eso es lo que haré".
Sorprendentemente.
Pasaron ocho horas antes de que la llave respondiera.
Afortunadamente, nadie había visto a Murakan quieto en medio del baola, luchando contra un objeto diminuto.
¡Whoosh, whoosh, whoosh......!
El momento en que Murakan exprimió lo último de su reiki.
De repente, la llave unida a la punta de la uña de Murakan empezó a flotar lentamente hacia el cielo.
[¡Eso es! ¡Maldita, cosa!].
"¿Se acabó, por fin?"
Murakan se transformó en forma humana y se puso al lado de Jin.
Parecía agotado.
No tan exhausto, pero sí pálido, como si fuera a desmayarse en cualquier momento.
La llave que se había elevado en el aire dejó de moverse.
Un instante después, ambos sintieron que su entorno se oscurecía en un instante. Era como si se hubiera producido una liberación de reiki.
En realidad, era la energía espiritual liberada por la llave la que había ennegrecido.
La energía de la llave envolvió todo el vasto Baola en forma de una semiesfera.
"¿Qué es esto? Es más, si es tan grande, podría desenmascarar a cualquiera".
Murakan nunca había visto nada parecido.
Por un momento, se preguntó si todo el duro trabajo de regresar de las Montañas Holar había sido en vano.
Podía sentir cómo el hemisferio de energía espiritual que rodeaba a Baola se encogía lentamente.
Era como si alguien enorme lo estuviera estrujando desde fuera.
El borde cada vez más pequeño de la semiesfera pronto tocó a Jin y Murakan.
Y cuando la semiesfera se convirtió en un punto, desapareció por completo.
Baola estaba igual que antes, con hierba verde en las colinas, pero no habían rastros de Jin y Murakan que estaban allí de pie.
Habían sido absorbidos por un subespacio formado por energía espiritual.
"Ja, creía que estaba comiendo demasiado reiki. Pero tan solo mira, es un subespacio...".
Murakan rió entre dientes.
Jin miró a su alrededor, nervioso por el repentino cambio de espacio.
No había nada más que un espacio oscuro y vacío, pero lo bastantemente vasto como para parecer infinito.
Este paisaje desolado era la primera tumba de Temar Runcandel.
"Solderet la escondió hasta aquí, y los perros Zipple la encontraron y la saquearon".
Murakan sacudió la cabeza, controlando su ira.
"Haz una Flor de armonía con tu espíritu, chico".
No lo había intentado.
Pero no era difícil, ya que sólo era cuestión de moldear el espíritu en una forma.
Jin moldeó una flor de armonía con energía espiritual y la dejó en el suelo.
"Su cuerpo no está aquí, pero al menos puedo dejarle una flor".
La dejó en el suelo y guardó un momento de silencio.
Murakan presentó sus respetos como amigo, Jin como descendiente.
"Chico".
"Huh".
"Gracias."
Al terminar el silencio, sopló un viento de la nada.
El viento borró suavemente la armonía de los cantos de los espíritus y se alejó con indiferencia.
"¿Pikon Minshe, el dios de los nuevos herreros, dijo que aquí encontraríamos a los que eran la voluntad de Temar?"
"Sí. Dijo que necesitaba algo de aquí para fortalecer el Bradamante".
"He estado pensando en ello desde que llegamos. Pensaba en cómo sería la primera tumba de Temar, qué podría quedar si ya ha sido saqueada, ese tipo de cosas. No tenía mucha idea".
"¿Y?"
"Hay algo en este subespacio que me recuerda a algo".
Murakan se detuvo un momento. Una sensación de presentimiento se apoderó de él.
Jin recordó una conversación que había tenido con Pikon Minshe.
[Hay una región en las Grandes Llanuras de Anzu llamada Baola. Imbuye allí esta llave con energía espiritual y se revelará su primera tumba].
¿Hay alguna advertencia?
[Pase lo que pase, no entres en pánico. Eso es lo que Solderet me dijo que te dijera].
¿Qué más dijo?
[Eso es todo. Buena suerte, Jin Runcandel].
“Te deseo suerte”.
“Eso es lo que me molestó, también”.
Por qué alguien necesitaría suerte para entrarse a una tumba en la que había estado deshabitada por un largo tiempo.
"Chico, creo que es un guardián. Esta tumba todavía tiene un guardián."
"¿Un guardián?"
"Sí. Y para que Solderet tenga que canalizar tanta energía para crear una llave que funcione, debe de haber querido venir aquí mientras aún tenía poder para usarla."
Pikon no dijo nada de eso.
Y Pikon tampoco lo había oído de Solderet.
En cualquier caso, si no tienes suficiente energía, la llave no funcionará.
Sólo hay un problema.
No fue Jin quien activó la llave, fue Murakan.
Y Murakan gastó toda su energía espiritual haciéndolo.
"…Murakan. ¿Crees que podría haber activado la llave con mi propia energía espiritual?"
"Ni hablar, me llevó ocho horas y gasté hasta la última gota de mi energía espiritual para hacerla funcionar, y tu energía espiritual de siete estrellas no es rival para ella".
"¿Así que en realidad no merecía estar aquí? Aunque aparezca ese guardián o lo que sea, ¿No estabas en condiciones para luchar porque de alguna manera u otra te quedarías sin Energía Espiritual?".
"Correcto… Bueno, de todos modos, a quien demonios le importa, tal vez no exista tal cosa como un guardián. Lo averiguaremos dentro de un rato".
Las palabras de Murakan daban miedo.
[El Contratista de Solderet viene a Consolar a Temar...]
Desde la distancia llegó una voz con un retumbar profundo y resonante.
Murakan reconoció al instante al dueño de la voz y levanto una ceja. Era una voz que había oído todos los días hace mil años.
"¡Esta es la voz de Silderei......!"
Silderei Zizek.
Fue uno de los hombres más responsables del ascenso de Temar a la Casa de Runcandel.
Un caballero desafortunado, cuya historia y leyenda fueron borradas por los Zipple.
Es la "voluntad" de Silderei Zizek la que guardaba en esta tumba.
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