El Primer Pecado (2)
El
calor emanado del Quinto Rango de las Artes de la Llama Destructiva llenó la
habitación, envolviéndome en su sofocante abrazo.
Incluso
yo, con mi resistencia, no pude evitar sentir la intensidad de las llamas.
Mientras
observaba la escena, mi atención fue atraída hacia el artista marcial del Reino
Fusión sin cabeza que yacía inmóvil en el suelo.
Su
nombre era…
¿Cuál
era? Nunca llegué a escucharlo.
Había
intentado presentarse, pero sus palabras se perdieron en el caos del momento.
Apartando
al hombre caído—una víctima del ataque de mi padre—centré mi mirada en el
estado de mi padre.
Su
capa ondeaba detrás de él, animada por el poder de su Qi, mientras su uniforme
carmesí bailaba al compás.
Solo
la pura fuerza de su Qi hacía difícil respirar.
Pero
lo que más llamó mi atención fue…
No
tiene heridas en ninguna parte.
Mi
padre estaba en un estado de casi perfección, salvo por unos pocos rasguños y
sangrado en su mano, resultado de romper imprudentemente la barrera de la
formación.
Aparte
de eso, permanecía ileso.
"…Señor."
Gu
Huibi, quien parecía igualmente sorprendida por la repentina aparición de
padre, lo miraba con ojos llenos de asombro.
Era
comprensible, considerando lo inesperado que era que un hombre de su naturaleza
estoica dejara el clan para salvarla.
Esa
reacción tiene sentido, ya que ella no lo sabe.
Si
recordara mi vida pasada, cuando me transformé en un Humano Demoníaco, y la
trama del Primer Anciano había causado daño a Gu Yeonseo…
La
reacción de mi padre en ese momento mostró claramente que no era alguien que
desatendiera el bienestar de sus hijos.
Aunque,
era un lado de él que los demás no conocían.
Mi
padre permaneció en silencio observando a Gu Huibi, antes de desviar su mirada
hacia Namgung Bi-ah, y finalmente posarse en mí.
Sus
ojos penetrantes se clavaron en los míos.
"Tercer
hijo."
Su
voz fría y autoritaria cortó el aire.
"…Sí."
"¿Por
qué estás aquí?"
Lo
sé, ¿Verdad?
¿Por
qué estoy aquí?
Sin
poder responder, desvié la mirada.
Notando
mi evasión, volvió su atención hacia Namgung Bi-ah.
"Hablaremos
de esto más tarde, una vez que regresemos."
Parecía
estar dándome un pase por ahora.
Bueno,
no teníamos el lujo de tiempo para profundizar en cada detalle, después de
todo.
Con
esas palabras, mi padre me dio la espalda; pero no podía dejar pasar la
oportunidad.
"Señor."
Llamé,
lo que hizo que girara ligeramente la cabeza, fijando sus intensos ojos rojos
en mí.
Su
mirada intensa casi me hizo estremecerme, pero me armé de valor, decidido a
buscar las respuestas que necesitaba.
"…¿Qué
pasó con el Señor del Palacio Negro?"
"¿El
Señor del Palacio Negro?"
"Sí,
el Señor del Palacio definitivamente se dirigía hacia ti."
La
niebla negra se había dirigido hacia el centro del cielo carmesí, que con toda
certeza era donde estaba mi padre.
"El
Señor del Palacio, dices…"
Mi
padre se quedó en silencio por un momento al escuchar mi pregunta…
"Sí,
lo vi."
Luego
continuó, como si recordara el encuentro.
"Nuestras
miradas se cruzaron desde lejos, y luego desapareció."
¿Desapareció?
Esperaba
que diera pelea, pero, según las palabras de mi padre, parecía que el Señor del
Palacio había optado por huir.
"¿No
intentaste capturarlo?"
Mi
padre desvió la mirada y habló, con los ojos fijos hacia adelante.
"Prioricé
lo que era importante."
Dejó
claro que encontrar a Gu Huibi era de mayor importancia que aprehender al Señor
del Palacio Negro.
Una
vez que confirmó su seguridad, mi padre no perdió tiempo y continuó caminando
sin un ápice de arrepentimiento.
"¡Malditos
insensibles!"
El
Anciano Mook, que había estado en silencio en segundo plano, finalmente estalló
en frustración.
"¡Cielos!
¡Un anciano está en tal mal estado aquí, ¿No sienten ningún remordimiento?!"
Mi
padre miró en dirección del Anciano Mook al escuchar su arrebato.
"¡Los
niños pueden ser comprensibles, pero al menos tú deberías saberlo mejor!"
El
Anciano Mook gritó a mi padre, con los ojos fijos en él.
Mi
padre, en respuesta, lo miró fijamente.
"Ha
pasado un tiempo."
No
pude evitar abrir los ojos con sorpresa ante ese saludo.
¿Mi
padre y el Señor del Clan Hao se conocían…?
El
Anciano Mook soltó una carcajada de desprecio al escuchar la respuesta rígida
de mi padre.
"Vaya,
mira lo rápido que fuiste para saludarme. Aun cuando estoy seguro de que me
encontraste hace un buen rato."
"Había
oído de tu fallecimiento, pero luces bastante vivo."
—Mi
resistencia supera con creces mi apariencia, como bien sabes.
El
tono del Anciano Mook era irritante, como si tratara de recordarle a mi padre
su antigua relación cercana.
Mi
padre, entendiendo la intención del anciano, me miró y dio una orden.
"Tercer
hijo."
"…Sí."
"Lleva
al anciano."
Con
esas palabras, mi padre reanudó su marcha, levantando al mismo tiempo el cuerpo
de Gu Huibi en el aire y trayéndola hacia él.
Al
ver tal escena, dejé escapar un profundo suspiro.
Al
final, tengo que llevar a este anciano.
No
tuve más remedio que cumplir la orden de mi padre.
Agarrando
el grillete que ataba al anciano, lo rompí rápidamente, tal como lo había hecho
con Gu Huibi.
"Afortunadamente,
parece que tu padre me entiende."
Ignorando
el comentario del Anciano Mook, lo cargué sobre mis hombros.
"¡Ugh!
¡Sé un poco más gentil, por favor!"
"Por
favor, cállate antes de que me den ganas de tirarte."
"...La
forma en que hablas me recuerda extrañamente a tu padre en su juventud."
Eso
sonaba a un insulto por alguna razón.
¿Cómo
es que mi padre y el Señor del Clan Hao se conocen?
El
Señor del Clan Hao, una persona oculta del mundo entero, estaba conectado con
mi padre, una conexión de la que yo no sabía nada.
…No
sé mucho sobre el pasado de mi padre, para empezar.
Pero
tenía una vaga idea de que estuvo lejos de ser una juventud ordinaria.
La
vista del artista marcial del Reino Fusión muerto en el suelo era prueba
suficiente.
Un
artista marcial del Reino Fusión muriendo de un solo golpe…
No
era una hazaña fácil, incluso si era por una emboscada.
Además,
el hecho de que ni siquiera usara Artes de Fuego significaba que no había
desatado ni una fracción de su verdadero poder.
No
puedo evitar preguntarme si mi padre ha alcanzado la cúspide.
La
cúspide de las Artes de la Llama Destructiva, un nivel que ni yo pude alcanzar
en mi vida pasada, pero era muy plausible que mi padre ya hubiera llegado a tal
nivel.
Después
de todo, además de Wi Seol-Ah, el único que logró dejar una cicatriz en el
Demonio Celestial, algo inalcanzable incluso para los Tres Venerables…
Fue
mi padre.
****************
Cuando
salí de la cárcel, fui recibido por la vista de todos los artistas marciales
del Palacio Negro ya derrotados, y el ejército directo del señor—el Primer
Ejército, de pie ante nosotros.
(Arthur:
Comúnmente lo llamaban Escuadrón, pero a partir de aquí en adelante optare por
llamarle Ejército)
Mi
padre emergió de la prisión, lo que llevó al Capitán del Primer Ejército a
acercarse a él.
"La
victoria es nuestra. Los hemos dominado. Algunos rezagados han huido, pero su
captura está asegurada."
¿Ya
terminaron?
No
pude evitar fruncir el ceño ante las palabras del Capitán.
¿Cómo
pudieron enfrentarse tan rápidamente a las tropas élite del Palacio Negro?
Mi
padre también parecía encontrarlo peculiar, ya que parecía estar inmerso en sus
pensamientos.
…Ciertamente
no eran una pequeña fuerza.
Sin
embargo, considerando que se suponía que eran la mayor fuerza de la Facción No
Ortodoxa, su número era decepcionantemente bajo.
El
hombre que supuestamente era el Vice-Señor del palacio tenía un poder
considerable como artista marcial del Reino Fusión.
Pero
eso sigue siendo muy poco.
Para
mí, estaba claro que carecían de la fuerza necesaria.
…Era
como si…
…Estuvieran
planeando escapar desde el principio.
Parecía
ser la respuesta, por más que lo pensara.
La
sospechosa pequeña fuerza y la barrera de formación laxa solo reforzaban mi
sospecha.
¿Habían
planeado abandonar el Palacio Principal desde el principio?
No
podía pensar en otra explicación.
Me
quedé pensando en la razón detrás de su decisión.
¿Por
qué?
Si
el Señor del Palacio Negro realmente eligió dejar el Palacio Principal, tenía
que haber un motivo de peso para una acción tan drástica.
…Esa
ominosa flor también, indudablemente era obra del Palacio Negro.
La
flor que obtuve en el Monte Hua, no podía evitar preguntarme qué tramaba el
Palacio Negro con semejante abominación.
Y
si lo pienso, ¿Realmente solo había una flor?
Si
hay más, ¿Entonces qué propósito tenían?
No
tenía mucho conocimiento sobre el Palacio Negro de mi vida pasada.
La
información que tenía sobre ellos era escasa, y con todo lo que estaba
sucediendo uno tras otro, tuve poco tiempo para reunir más.
Aun
así, después de todo eso, el motivo del secuestro de Gu Huibi sigue sin
resolverse...
¿Podré
siquiera descubrirlo?
No
estaba claro si esos bastardos habían dejado alguna pista.
Sin
embargo, nuestra máxima prioridad era asegurar la seguridad de Gu Huibi.
Mientras
observaba su cuerpo herido, pensé...
Puedo
purificar el Qi Demoníaco, pero...
El
Qi Demoníaco le impedía utilizar su propio Qi, por lo que era crucial
abordarlo.
Sin
embargo, como ya había soportado el Qi Demoníaco con un cuerpo gravemente
debilitado durante unos días, recuperar su salud era lo más importante.
Si
fuera posible, quería absorber el Qi Demoníaco de ella en secreto antes de
llegar al clan.
Después
de todo, eso sería mucho más conveniente que ser atrapado por el Sanador
Inmortal o Padre.
Luego
está el Señor del Palacio Negro, quien desapareció, tengo que encontrar a ese
bastardo...
El
Señor del Palacio en sí era un formidable artista marcial, y en lugar de
enfrentarlo, Padre había ido directamente hacia la cárcel en busca de Gu Huibi.
Así
que era extraño que se hubiera ocultado.
Además...
Si
estaba planeando esconderse, ¿Por qué se molestó en enfrentarse a Padre en
primer lugar?
Padre
había mencionado haber intercambiado miradas con el Señor del Palacio, por lo
que parecía que, de hecho, se habían cruzado, aunque fuera brevemente.
Mientras
organizaba mis pensamientos, Gu Huibi, quien estaba recibiendo un tratamiento
leve, comenzó a explicar todo lo que había ocurrido en el Palacio Negro al
Primer Ejército.
Ella
relató su encuentro con el Señor del Palacio, su entrada en una habitación
desconocida y su encuentro con un niño.
Su
explicación solo añadió más confusión.
¿Un
niño?
¿Qué
quiso decir con un niño?
Según
Gu Huibi, había un niño presente en el Palacio Negro.
Describió
a este niño como alguien con un aura extraña, que parecía estar extremadamente
desnutrido y que carecía gravemente de habilidades de comunicación.
Inicialmente,
podría haberlo descartado como parte de su agenda oculta, algún plan siniestro
que habían tramado detrás de escena.
Sin
embargo, lo que escuché a continuación fue inquietante.
"…¿Qué?"
"¿Qué
pasa, Hermanito?"
"¿Qué
dijiste justo ahora?"
No
pude evitar preguntar, agarrando fuertemente el brazo de Gu Huibi.
Namgung
Bi-ah se acercó, intentando intervenir, pero no estaba en un estado en el que
pudiera importarme tal cosa, estaba demasiado consumido por lo que acababa de
escuchar.
"…¿El
niño se parecía a quién?"
Esto...
esto no debería ser posible.
****************
Después
de escuchar las palabras de Gu Huibi, una oleada de ira recorrió mi cuerpo...
¡Slam!
No
pude contener mis emociones y corrí, rompiendo todo a mi paso.
A
pesar de estar aún en un estado debilitado, desestimé toda precaución y avancé
con fuerza, canalizando mi Qi imprudentemente, ignorando el dolor debilitante.
Maldita
sea...
[¡Mocoso,
cálmate...!]
El
Anciano Shin, sorprendido por mi Qi en ebullición, intentó calmarme; pero no
pude escuchar sus palabras.
Maldita
sea, ¿¡Cómo es esto siquiera posible!?
La
revelación de Gu Huibi era algo que podría haber descartado fácilmente.
Las
acciones del Palacio Negro, fuera cual fuera el complot que estuvieran tramando
detrás de escena, no eran mi preocupación inmediata.
El
objetivo principal de esta misión era salvar a Gu Huibi.
Perseguir
al Señor del Palacio e intentar dominarlo o matarlo estaba más allá de mis
capacidades actuales.
Hubiera
sido satisfactorio lograr tales hazañas, pero no podía permitirme perder de
vista mis límites.
Sin
embargo, el problema oculto que Gu Huibi había revelado era demasiado
importante como para ignorarlo.
El
Palacio no era el que estaba subordinado al Culto Demoníaco.
La
razón detrás de que los artistas marciales del Palacio Negro pudieran manejar
el Qi Demoníaco, sentía como si el paisaje borroso se estuviera aclarando
gradualmente.
¿Era
el Palacio Negro la raíz de todo?
Su
Qi Demoníaco era tan inferior que no me servía de nada.
Ese
hecho me había vuelto complaciente, solo intentaba encontrar su relación con el
Culto Demoníaco, nunca considerando siquiera la posibilidad de que ellos mismos
fueran la raíz de todo.
Si
esto es solo un error...
Esperaba
que mi conjetura actual fuera solo el resultado de pensar demasiado, pero como
siempre, el destino era tan cruel...
¡Slaaam!
Impulsado
por mi frustración, descendí lentamente al sótano, rompiendo y desgarrando las
paredes.
Bajé
más y más, superando incluso la cárcel en la que Gu Huibi estaba atrapada.
"¡Ah!...
¿Joven Maestro?"
A
medida que descendía, encontré a un soldado del Primer Ejército que estaba
instalando una barrera de formación.
A
juzgar por la presencia de tanta gente reunida aquí, parecía que no podía ir
más lejos.
Como
era de esperar, el Vice-Capitán del Primer Ejército estaba observando una
enorme puerta a lo lejos.
La
puerta coincidía con la descripción que Gu Huibi había dado.
"…¿Joven
Maestro?"
El
Vice-Capitán me miró con una expresión perpleja mientras me acercaba,
aparentemente preguntándose por qué estaba allí.
Ignorando
su mirada, le pregunté al Vice-Capitán.
"…La
puerta, ¿No puedes abrirla?"
"Ah,
estaba estudiándola, parece estar encantada por una formación."
El
Vice-Capitán parecía creer que la puerta permanecía cerrada debido a alguna
formación.
Mientras
observaba la imponente puerta frente a mí, contuve un suspiro.
¿Formación?
Está lejos de ser eso.
En
cuanto la vi, lo supe.
Después
de todo, me era familiar, especialmente la gema de color violeta incrustada en
la puerta.
Sin
dudarlo, extendí mi mano hacia ella.
"¡Joven
Maestro…! Es peligroso que tú…"
El
Vice-Capitán intentó detenerme, sorprendido por mi acción repentina…
¡Slam!
La
puerta reaccionó a mi presencia, causando que el Vice-Capitán retrocediera
sorprendido.
¿No
podían sentirlo?
El
Qi maligno que emanaba desde más allá de la puerta.
Para
mí era completamente claro. Una sensación familiar, una sensación que parecía
llegar a lo más profundo de mi alma.
¡Slam!...
¡Slam!
La
puerta se movió, respondiendo al Qi Demoníaco, y la empujé con todas mis
fuerzas.
Al
ver que la puerta se abría, los espadachines detrás de mí estaban ansiosos por
entrar en la habitación…
…!
Pero
sus movimientos se detuvieron tan pronto como sintieron la energía opresiva
dentro.
Era
una reacción natural para los artistas marciales que poseían Qi, sus instintos
les advertían del peligro del Qi Demoníaco.
Dejándolos
atrás, entré en la habitación.
Tan
pronto como entré, la oscuridad me envolvió, haciendo imposible ver nada…
Blaaze.
En
un instante, conjuré llamas para iluminar la habitación.
"…Esto
es."
La
habitación era mucho más grande de lo que había anticipado.
El
suelo estaba cubierto de hojas secas y pétalos, y había una clara marca de
quemadura, como si algo hubiera sido incendiado; juzgando por su rastro, un
libro.
Siguiendo
el rastro, mi mirada se posó en la pared…
"…Ha."
Y
para mi sorpresa…
"…Qué
entretenido."
Allí
estaba el Señor del Palacio Negro, a quien había estado buscando.
Junto
a él estaba un anciano, su rostro lleno de manchas de la edad, un rostro que
conocía muy bien.
El
Gran Oni…
Era
el anciano que supervisaba los asuntos del Culto Demoníaco.
Aunque
parecía más viejo que en mi vida pasada por alguna razón, no había duda de su
identidad.
Además,
detrás de ellos se alzaba una Puerta de Demonios, completamente abierta.
No
era una Puerta de Demonios de ninguno de los cuatro colores representativos,
sino de un color violeta en su lugar.
Una
Puerta de Demonios en un sótano, una situación demasiado absurda para
comprender.
Sin
embargo, no me sorprendí.
Esta
era una de las habilidades que poseía ese 'Bastardo', después de todo.
"¿Cómo
fuiste capaz de abrir la puerta?"
Aunque
la mirada del Señor del Palacio, llena de fascinación, estaba fija en mí, mi
atención estaba únicamente en el niño en sus brazos.
Un
cuerpo frágil, al punto de que se podían ver las líneas de los huesos, y
cabello negro azabache cayendo hacia abajo.
Incluso
los ojos vibrantes de color violeta del niño.
Solo
por estas características, sabía con certeza; pero como si fuera para confirmar
aún más mis sospechas, la evidencia estaba grabada en el rostro del niño.
"Ha,
maldita sea…"
El
rostro del niño, mientras me miraba inclinando la cabeza…
Se
parecía tanto a ella que me dio escalofríos.
A
Wi Seol-Ah.
Comentarios
Publicar un comentario