No Me Lo Creo (1)
Era
uno de los Tres Venerables Celestiales, el hombre infamemente conocido como el
Venerable Deshonrado, quien había alcanzado el pináculo en el arte del combate
cuerpo a cuerpo. Nació en el prestigioso Clan Bi, pero eligió el camino de un
artista marcial en lugar de una vida de servidumbre al honor de su clan.
El
Venerable Deshonrado, Bijuu.
Si
tuviera que usar una sola palabra, me atrevería a decir que 'Locura' era la que
mejor lo describía. Era un artista marcial enloquecido, obsesionado por completo
con alcanzar los niveles más altos de las artes marciales.
Habiendo
nacido como hombre, se fijó un objetivo singular para su vida: Alcanzar el
reino de la Trascendencia. Con una determinación inquebrantable, forjó un
camino único hacia su destino, sin mirar atrás ni una sola vez.
Desde
el momento de su nacimiento, Bijuu fue diferente. Cuando tuvo la edad
suficiente para abrir y cerrar sus puños, venció con facilidad a todos sus
parientes mayores, su extraordinario talento hizo que el Señor y los Ancianos
del clan creyeran que estaba destinado a revivir la gloria del clan.
Pero
entonces…
No
pienso hacer algo así.
El
Venerable Deshonrado desapareció un día, dejando atrás nada más que una carta.
A los quince años, dejó el clan, cortando todos los lazos.
En
otras palabras, huyó.
¿Por
qué huyó Bijuu de un clan noble? La razón no era nada grandiosa. Simplemente
quería experimentar el mundo, buscar la iluminación y crear sus propias artes
marciales.
Los
Colmillos de la Perfección del Clan Bi, su preciada Arte Divina reservada solo
para los miembros directos del clan, no le interesaban.
No
es divertido.
Bijuu
no encontró alegría en eso. A pesar de su estatus prestigioso, ansiaba algo
más. Quería forjar su propio camino, y así comenzó su viaje.
Empezó
con duelos.
Dondequiera
que iba, buscaba maestros y los desafiaba a combates. Algunos se negaban; otros
casi lo mataban. Sin embargo, Bijuu siguió adelante, sin inmutarse por la
posibilidad de morir. Después de años de tales victorias y derrotas, había
ascendido al Reino Pico.
¿Fue
ese su punto de partida?
-No
tiene sentido.
Había
dejado el clan para escapar de sus artes, pero se encontraba dependiendo de
ellas de todos modos. Al darse cuenta de esto, Bijuu decidió buscar un nuevo
camino, uno que lo satisfaría. El joven prodigio luego pasó diez años en
reclusión en una montaña desconocida, abandonando las expectativas del clan.
Diez
años.
Ciertamente,
era mucho tiempo, pero demasiado corto para crear un arte marcial completamente
nuevo.
Además,
Bijuu ya tenía las Artes de la Mente grabadas en su cuerpo, y aunque
desarrollara un nuevo estilo, sería inútil si no armonizaba con esas artes.
Así
que tomó una decisión drástica: borraría las Artes de la Mente que habían sido
grabadas en su cuerpo.
Esto
significaba sacrificar todo lo que había logrado hasta ahora, pero Bijuu no
dudó. Le tomó un año completo borrar las Artes de la Mente sin destruir su
Dantian ni dañar sus vasos sanguíneos.
Eso
fue solo el comienzo. Para encontrar un movimiento más eficiente y crear un
arte marcial que pudiera superar el anterior, emprendió un camino difícil. Pero
nada pudo detener a Bijuu.
El
movimiento que visualizaba ya existía en su mente. Para ponerlo en práctica,
pasó un año borrando las Artes de la Mente del clan de su cuerpo.
Ahora,
todo lo que tenía que hacer era moverse como él deseaba.
Otros
podrían haber encontrado el proceso tortuoso, pero Bijuu, curiosamente, lo
hacía parecer sin esfuerzo.
Rompió
su estado mental y sus metas, ya que en las artes marciales, las metas existían
solo para ser superadas.
Bijuu
pasó incontables días y noches elaborando un camino que permitiera un
movimiento eficiente y un uso óptimo del Qi. Este viaje le tomó otros diez
años.
Crack-
¡Kwoaaah!
La
enorme roca detrás de la montaña se hizo añicos, y el suelo tembló mientras
Bijuu observaba.
-Creo
que es momento de bajar ahora.
Sintió
que era el momento de regresar a las Llanuras Centrales. Bijuu tenía poco más
de treinta años en ese entonces.
Después
de una década de aislamiento, regresó a un mundo que había cambiado
drásticamente.
El
Dragón Azul había ascendido a la posición de Señor del Clan Namgung, y los
Cinco Maestros de la Espada estaban ganando renombre.
Cuando
la Espada del Viento, un hombre de mediana edad, comenzó a hacerse un nombre,
Bijuu reanudó sus desafíos.
Antes
de nombrar sus propias artes marciales, buscó maestros en toda la tierra para
enfrentarse a ellos en duelos. Se enfrentó a tres de los Cinco Maestros de la
Espada e incluso cruzó caminos con el Zenith de esa época, Cheolhyun Buseon.
A
Bijuu no le importaba si sus oponentes pertenecían a facciones ortodoxas o no
ortodoxas; los enfrentaba a todos.
A
pesar de haber creado sus propias artes marciales, continuaba sufriendo
derrotas. Aún habían personas muchos más fuertes que él, pero eso no lo
desanimaba.
Simplemente
se levantaba después de cada derrota, y nunca estaba satisfecho con una
victoria.
El Dragón de la Espada Azul del Clan Namgung
blandía una espada afilada, la Espada del Viento era poderosa, el novato del Monte
Hua, la Flor de Ciruelo Celestial, era rápido, y ese gran prodigio de la Secta
Kunlun empuñaba una pesada hoja.
Bijuu
no pudo derrotar a ninguno de ellos con sus artes marciales recién creadas. Sin
embargo, el tiempo pasó…
-No
está mal.
Bijuu
sonrió mientras yacía en el suelo, con sangre goteando de su boca.
No
dudó. Estaba seguro de que sus artes marciales se convertirían algún día en una
Arte Divina invicta.
Así
que no estaba decepcionado.
Sus
extremidades estaban intactas, sus ojos ilesos.
Tuvo
suerte. Fue bastante sorprendente, ya que esperaba perderlos uno por uno en
este viaje suyo.
-Esto
realmente no está nada mal.
Siguió
avanzando, encontrando sus defectos a través de sus derrotas. Eso es lo que
eran las artes marciales: Una búsqueda interminable de mejora.
-Un
poco más.
El
camino se extendía, áspero y inexplorado. Fue un viaje agotador, pero…
-¡Esto
es divertido!
Bijuu
no encontraba nada más placentero que forjar su propio camino.
Bijuu
se limpió la sangre de los labios y se puso de pie. Frente a él, yacían muertos
tres artistas marciales, su sangre tiñendo el suelo.
¿Quiénes
eran? Supuestamente, eran figuras conocidas dentro de las facciones no
ortodoxas, pero Bijuu ni siquiera se había molestado en aprender sus nombres.
Después
de inspeccionar sus cuerpos uno por uno, un pensamiento cruzó su mente.
-Tu
puño... destruye... los cielos.
Quien
había pronunciado esas palabras tenía 'Cielo' en su título. ¿Era el Monstruo
del Falso Cielo? Algo así.
-Destruyendo
el cielo, ¿Eh?
No
era digno de un título con 'Cielo' en él, juzgando por el hecho de que Bijuu ni
siquiera podía recordar su rostro. Probablemente solo era otro don nadie.
La
palabra cielo le trajo a la mente su combate contra la Espada del Viento: Esa
espada, una espada tan pura que parecía contener la luna misma, merecía mucho
más ese título.
Ese
hombre, en verdad, podía cortar el cielo.
Bijuu
sonrió, recordando ese combate. Fue uno que persistió en su memoria, aunque
casi le costó la vida.
-Cielo,
¿eh? No está mal.
Destruir
los cielos, no sonaba nada mal.
-Está
decidido. Este arte marcial se llamará, la Destrucción del Cielo.
El
Puño que Destruye el Cielo.
Esto
marcó el comienzo del ascenso de Bijuu como uno de los Maestros de las Llanuras
Centrales. Fue un título que ganó al matar a tres de los Cuatro Emperadores y
Ocho Reyes.
Pero
a Bijuu no le importaban esos rumores insignificantes. Perfeccionar su arte
marcial era mucho más importante que las tonterías que la gente murmuraba sobre
él.
Pasó
el tiempo.
La
Espada del Viento se convirtió en el Líder de la Alianza Murim sin que Bijuu
siquiera lo notara, y el Zenith de esa era, Cheolhyun Buseon, sucumbió a una
enfermedad crónica.
El
nuevo prodigio del Monte Hua ascendió para liderar su Secta, y el discípulo de
la Secta Kunlun también alcanzó la misma posición.
Pero
Bijuu seguía siendo simplemente Bijuu.
Estaba
contento mientras lo llamaran artista marcial. Eso era suficiente para él. Solo
más tarde Bijuu se dio cuenta de que se referían a él como uno de los
Venerables Celestiales.
De
nuevo, Bijuu encontró que perfeccionar sus artes marciales era lo más
importante. Después de todo, era su objetivo de toda la vida.
Entonces, un día…
-Oh.
Bijuu
alcanzó una iluminación durante su entrenamiento habitual.
-Qué
problemático.
Se
dio cuenta de que no era capaz de perfeccionar sus propias artes marciales.
Aunque había mantenido su juventud gracias a sus habilidades, ahora su cuerpo
envejecido y sus vasos sanguíneos deteriorados eran el problema.
No
es que su arte marcial se hubiera debilitado —seguía siendo increíblemente
poderoso—, pero el problema crucial era que ya no podía progresar.
Estaba
solo a un paso de perfeccionarlo.
-¡Maldita
sea!
Rió
con amargura.
El
nivel que había alcanzado a través de innumerables batallas había vuelto para
atormentarlo.
-Hahahahahahahaha
Solo
después de alcanzar la vejez reconoció el problema más grande de todos. Con un
cuerpo envejecido, era imposible alcanzar el pináculo de su arte marcial, la
Destrucción del Cielo.
A
pesar de su apariencia juvenil, ya no podía alcanzar la maestría definitiva de
su arte.
Retroceder
no era una opción, incluso con medicinas milagrosas o intervenciones divinas
—su cuerpo ya había envejecido demasiado.
En
ese frío día de invierno, cuando el cielo lloraba y caía la nieve, Bijuu, como
de costumbre, no dudó mucho.
Si
la falta de tiempo y un cuerpo viejo y debilitado eran los problemas, entonces
la solución era clara: Solo necesitaba retroceder el tiempo.
Juventud
Eterna.
Bijuu
anhelaba la Juventud Eterna.
Era
consciente de los efectos secundarios, pero creía que si su cuerpo se
debilitaba, podría simplemente expandir su recipiente.
No
era una tarea imposible, aunque requería un esfuerzo inmenso. Con un cuerpo
joven nuevamente, podría aprovechar su iluminación y experiencia para alcanzar
el pináculo de su arte marcial.
Para
Bijuu, perfeccionar su arte marcial era más importante que el honor y la fama
que había ganado como el Venerable Deshonrado.
Así
que Bijuu regresó a su clan y comenzó a prepararse para el ritual de la
Juventud Eterna.
Aunque
había dejado el clan para forjar su propio camino, estaba agradecido por el
apoyo que le habían brindado, por lo que envió toda la riqueza que había
logrado acumular de vuelta a ellos.
El
Señor del clan le dio la bienvenida a su regreso; después de todo, el Venerable
Deshonrado seguía siendo uno de los suyos, y su regreso les traía gran
prestigio.
Al
regresar, Bijuu vio que el sobrino de su padre era ahora el Señor. Realmente
sintió el paso del tiempo.
El
Señor del Clan Bi estaba preocupado cuando Bijuu le contó sobre su plan de
someterse a la Juventud Eterna, pero Bijuu ya había tomado una decisión.
Esa
noche, Bijuu abandonó todo lo que había construido y volvió a un cuerpo más
joven...
-Mierdaaaaaa…
Sin
embargo, no pudo evitar maldecir en voz alta al notar que sus vasos estaban en
un estado más miserable que nunca.
Era
mucho peor de lo que había anticipado; tan malo, de hecho, que le era imposible
siquiera aprender artes marciales.
******************
Habían
pasado poco más de diez años desde que Bijuu emprendió el camino de la Juventud
Eterna. Había dejado atrás su antiguo nombre y ahora vivía como un pariente de
sangre del Clan Bi, bajo el nombre de Bi Eejin.
Poco
a poco, logró reconstruir su cuerpo a un nivel promedio, un logro que le había
parecido imposible cuando se sometió al ritual.
Esta
hazaña solo fue posible porque una vez había sido uno de los Venerables
Celestiales, además de contar con las medicinas milagrosas almacenadas en la
bóveda del Venerable Deshonrado.
¿Qué
hago?
Bi
Eejin yacía bajo la luz del sol, perdido en sus pensamientos. Se preguntaba
cómo podría tener éxito, cómo podría dominarlo.
La
Destrucción del Cielo.
Incluso
él admitía que este arte marcial era casi imposible de perfeccionar. Lo
comprendió claramente después de su Juventud Eterna.
Ahora
sabía con precisión cómo debían moverse sus articulaciones, cuánta fuerza
requerían sus músculos y cómo debía fluir su Qi.
Este
Arte Divino solo podía realizarse después de dominar todas estas complejidades.
Debido a que era un arte de destrucción pura, incluso el más mínimo error lo
hacía inutilizable.
Y
el cuerpo era el componente más crítico.
Qué
lamentable.
Su
cuerpo, devastado por el proceso de la Juventud Eterna, no podía ejecutar
completamente el arte marcial que él mismo había creado. Su cuerpo simplemente
no podía seguir el ritmo de su mente.
...¿Fui
demasiado ambicioso?
¿Cuántos
milagros harían falta para restaurar el cuerpo que una vez tuvo como Bijuu?
No.
Debe
ser más que eso.
Después
de experimentar la degradación de su cuerpo, se dio cuenta de que su arte
marcial requería un recipiente casi perfecto. Exigía un cuerpo capaz de
alcanzar el Reino Pico antes de los veinte años, siempre y cuando tuviera
suficiente Qi.
…Sigh.
Un
suspiro de resignación no pudo evitar escapar de los labios de Bi Eejin. No
había entendido lo rara que era esa clase de cuerpo, incluso si exploraba todas
las Llanuras Centrales.
¿Qué
debo hacer?
Era
imposible para él alcanzar el pináculo de su arte marcial con su cuerpo actual.
Había tomado la Juventud Eterna a la ligera…
Si
hubiera sabido que esto sucedería, habría esperado hasta reunir todas las
medicinas milagrosas del mundo.
Entonces,
¿No puedo alcanzar el pináculo así?
Había
creído que después de la Juventud Eterna, podría reconstruir todo desde cero.
Ese siempre había sido su enfoque en la vida, así que pensó que podría hacerlo
de nuevo. Pero su situación era mucho peor de lo que había anticipado. Era tan
mala que incluso alcanzar su nivel anterior era una lucha.
Necesito
encontrar una solución.
No
podía permitirse terminar las cosas aquí. Como siempre, necesitaba buscar una solución.
Ya no podía ser imprudente con su cuerpo.
Una
solución diferente… Necesito encontrar un método distinto.
"¡Hermano!"
Uh,
oh.
Perdido
en sus pensamientos, Bi Eejin había olvidado que se suponía que estaba
escondido. Rápidamente intentó ocultarse, pero ya era demasiado tarde. Alguien
apareció a su lado.
"¿Hmm?
¡Otra vez! ¿¡Qué haces escondiéndote aquí!?"
"…Tsk."
Era
nada menos que Bibi, una de las hijas de la línea directa.
Para
todos excepto para el Señor, era conocida como la hermanita de Bi Eejin, aunque
en realidad era más como una nieta para él.
Irónicamente,
también era la razón por la que el Venerable Deshonrado no había terminado con
su vida a pesar de no haber alcanzado el pináculo de sus artes marciales.
"En
serio… ¿Por qué sigues escondiéndote de mí?"
"¡Hmph!
Sigues molestándome de esta manera, ¿Qué más puedo hacer?"
"¿¡Cómo
te estoy molestando…!?"
"Tch.
En fin… ¿Qué quieres?"
Bi
Eejin suspiró profundamente mientras preguntaba. Probablemente solo le pediría
que comieran o entrenaran juntos de nuevo. Así era siempre.
Pero
Bibi lo sorprendió al sacar un tema completamente inesperado.
"Hermano,
¿Escuchaste sobre el Torneo de Dragones y Fénix de este año?"
"…¿No?"
El
Torneo de Dragones y Fénix, ¿Eh?
Qué
nombre tan fastidioso.
De
hecho, 'Bi Eejin' también tenía un título, era un gran título 'El Guerrero
Dragón' o algo así. No tenía deseos de llamar la atención hasta recuperar su
fuerza, pero…
-¡Por
favor! ¡Si vienes conmigo esta vez, no te molestaré durante medio año!
Al
final, gracias a que Bibi le rogó durante días seguidos, no tuvo más remedio
que ir.
Bueno,
solo se lo tomaría con calma, sin el problema de lidiar con la atención no
deseada, pero…
Hah…
Los niños de hoy en día son demasiado débiles…
Había
sobreestimado a los llamados Jóvenes Prodigios.
La
gente llamaba a esta la Generación de Meteoros o algo así, afirmando que estaba
llena de los mejores talentos, pero estos Jóvenes Prodigios eran mucho, mucho
más débiles que los de su era.
Por
supuesto, había una joya entre ellos, pero incluso esa aún no estaba
completamente pulida.
"Entonces,
¿Qué hay con eso?"
Bi
Eejin preguntó con una expresión agria. ¿Iba a molestarlo otra vez porque no
había ido al torneo este año?
"¡Dragón!
¡Nació un nuevo Dragón en el Torneo de Dragones y Fénix de este año!"
Afortunadamente,
no parecía ser el caso.
"¿Dragón?"
¿Un
Dragón, eh? ¿Se refería a los Cinco Dragones y los Tres Fénix o como se
llamaran? Sigh… La gente seguía jugando con títulos, igual que antes.
"¡Así
es…! ¡Le llaman el Dragón Verdadero!"
El
Dragón Verdadero.
Significaba
que era el Dragón Verdadero entre todos los demás. Qué título tan grandioso.
"¿Y?
¿Qué tiene eso que ver conmigo?"
No
era nada nuevo que aparecieran más dragones. Después de todo, era la Alianza
Murim la que otorgaba los títulos de Dragón, así que dependía completamente de
sus caprichos. Había perdido toda esperanza en la Alianza Murim desde que ese
anciano, el Emperador de la Espada, se fue.
La
reacción tibia de Bi Eejin pareció enfurecer a Bibi.
"Eso,
ueno, ¡¡Es porque el Dragón Verdadero se rumorea que es discípulo de ese
hombre…!!"
"¿Ese
hombre? ¿Quién?"
"Nuestro
tío abuelo…"
"…?"
Bi
Eejin no pudo evitar fruncir el ceño ante las palabras de Bibi. El tío abuelo
de Bibi. La única persona mayor que el actual Señor del Clan Bi…
¿Eh?
¿Yo?
Era
el propio Venerable Deshonrado, Bijuu.
"Ese
es un rumor falso", respondió firmemente Bi Eejin.
Nunca
he tomado discípulos, después de todo. En lugar de preocuparme por eso,
perfeccionar mis artes marciales es más impor—
Espera.
"¡Solo
escucha…! ¡El Dragón Verdadero supuestamente vino con una carta de
recomendación de nuestro tío abuelo—"
¿Un
discípulo?
Bibi
siguió hablando, pero sus palabras ya no llegaban a Bi Eejin.
Discípulo…
¡Sí! ¡Un discípulo!
El
objetivo de toda la vida de Bi Eejin era la perfección de su arte marcial. Pero
si no podía lograrlo con su propio cuerpo, entonces…
¿No
está bien que otro bastardo lo perfeccione por mí?
¿No
cuenta aún como alcanzar mi meta si veo el pináculo de mis artes marciales a
través de otra persona con suficiente talento y un cuerpo capaz?
"Además,
¡Dicen que podría haber alcanzado el Reino Pico, cuando ni siquiera tiene
veinte años! ¿¡Cómo demonios es eso posible!?"
"¿Hmm?
¿Reino Pico? ¿Quién?"
"…?
¿El Dragón Verdadero? Espera, ¿Me estabas escuchando siquiera?"
Los
ojos de Bi Eejin se abrieron ante las palabras de Bibi.
"¿Sabes
el nombre de ese pequeño amigo?"
"¿Quién?
¿El Dragón Verdadero? Espera, ¡Responde mi pregunta!"
"Sí,
él."
"¿Gu…?
Sí, era algo como Gu… No recuerdo los detalles. Pero sí escuché que es el
hermano menor de la Fénix de la Espada."
"…El
hermano menor de la Fénix de la Espada."
La
Fénix de la Espada.
Bi
Eejin estaba familiarizado con el clan del que provenía la Fénix de la Espada.
Era un lugar donde muchos monstruos escondían sus colmillos, y también era el
hogar de uno de los pocos amigos que tenía.
¿El
hijo varón de ese clan, eh?
Bi
Eejin había oído hablar de él algunas veces. Recordaba a Gu Ryoon invitándolo
al clan en varias ocasiones, mencionando cómo el chico se volvía más extraño
día tras día.
"…Reino
Pico, y un cuerpo que aún no ha alcanzado los veinte años."
"¿Hermano?"
"¡Hehe!
Ya veo… ¿Es eso así?"
"¿Hermano?
¡¿Hola?! ¿Qué? ¿A dónde vas—? ¡Oye!"
Bibi
gritó detrás de él, pero Bi Eejin la ignoró y continuó caminando. Este fue el
momento en que el nombre Gu Yangcheon se grabó en su mente.
******************
De
regreso al presente.
Cuando
Bi Eijin finalmente conoció a Gu Yangcheon en persona, fue mucho más
impresionante de lo que había anticipado.
Es
impresionante.
A
Bi Eejin le costaba recordar la última vez que se había reído tanto; tal vez
fue cuando ese mapache de la Secta de los Mendigos se le había acercado con el
encargo de Gu Yangcheon.
¿Compartimos
la misma intención? Resultará mejor si ese es el caso.
"¿Qué
te parece?"
Aquí
estaba un talento que había alcanzado el Reino Pico a tan temprana edad, con un
cuerpo cercano a la perfección absoluta que él había buscado durante tanto
tiempo.
Había
oído que Gu Yangcheon era un artista marcial de combate cercano, así que era
muy probable que sus movimientos se hubieran entrenado precisamente de la
manera que Bi Eejin deseaba.
Esto
significaba que...
Este
chico nació para dominar la Destrucción del Cielo.
Todo
sobre él era perfecto.
Gu
Yangcheon cumplía con todos los requisitos necesarios para perfeccionar el arte
marcial de Bi Eejin.
Era
tal, que Bi Eejin incluso se preguntaba si Gu Yangcheon también había pasado
por el proceso de la Juventud Eterna. Era así de impresionante.
Además,
a pesar de sus dudas persistentes, Bi Eejin se convenció en el momento en que
sujetó el cuello de Gu Yangcheon. No había manera de que este joven tuviera un
cuerpo tan limpio y firme sin alguna circunstancia excepcional.
Con
esos pensamientos rondando en su mente, Bi Eejin habló: "Nuestro maestro
está buscando algunos discípulos."
Sinceramente,
sintió una punzada de vergüenza al venderse de esa forma, pero estaba bien, ya
que Gu Yangcheon no tenía idea.
Nunca
antes había sacado provecho de su título de Venerable Deshonrado, pero ahora no
tenía otra opción más que usarlo—sabía cuán impactante sería.
No
había manera de que Gu Yangcheon rechazara la oferta de aprender de un
Venerable Celestial.
Bi
Eejin se quedó absorto en sus pensamientos mientras miraba fijamente a Gu
Yangcheon, esperando su inevitable aceptación.
Ese
cuerpo y ese talento. Si el chico recibe mi guía además de eso...
Bi
Eejin podría presenciar el pináculo de su arte marcial, la Destrucción del
Cielo, finalmente perfeccionada.
Ahora,
apúrate y responde. Entonces yo...
El
momento en que Gu Yangcheon aceptara la oferta, se escribiría una nueva página
en la historia. Sería capaz de alcanzar niveles nunca antes vistos como
practicante de la Destrucción del Cielo.
"No
me interesa."
"¡Humu!
Bien, entonces yo—¿Qué?"
Una
expresión de desconcierto colgaba en el rostro de Bi Eejin.
"¿Eh?
¿Qué dijiste?"
"No,
no es que no me interese, solo que no lo voy a hacer."
"Creo
que no estás completamente informado, pero como dije la última vez, mi maestro
es—"
"Sí,
ya sé, pero para reiterarlo. No lo voy a hacer."
Bi Eejin no se había quedado tan sin palabras desde la vez en que renació.
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