Buen Trabajo (3)
Crackle–…
Ruidos
crepitantes y un olor a quemado llenaban el área circundante…
El
mundo estaba teñido de negro.
¡Blaze–!
Las
llamas se alzaban en incontables puntos.
Llamas
de colores opuestos chocaban como si lucharan por el territorio.
Ambos
lados poseían un Qi tan fuerte y denso que el impacto de sus colisiones sacudía
constantemente el suelo.
¡Slam–!
¡Slam, slam–!
El
aire se tornaba más caliente a medida que las llamas chocaban.
Las
personas comunes, sin Qi, morirían si se acercaran a este campo de batalla,
mucho menos si intentaran respirar el aire a su alrededor.
El
cielo estaba extrañamente pintado de rojo y negro, pero los dos colores estaban
claramente separados, como el aceite y el agua.
¡Roaaar–!
Enormes
llamas se alzaron, rugiendo como una bestia.
Las
llamas tomaron la forma de un dragón y se estrellaron contra el suelo.
¡Crack–!
Tan
pronto como las llamas hicieron contacto, el suelo se desmoronó y comenzó a
partirse.
Los
escombros que volaron por el impacto estaban medio derretidos.
Hacía
calor, y las llamas surgían por todas partes.
Las
feroces y retorcidas llamas rojas envolvieron todas las llamas negras dispersas
en los alrededores y regresaron a su invocador.
¡Swish–!
Mientras
las llamas del área volvían a su invocador, la zona permanecía derretida.
—…Uff…
Observé
a mi oponente con una expresión agotada.
Ambos
utilizábamos el mismo tipo de llama. Sin embargo, mis llamas, que se habían
vuelto negras debido a mi corrupción, deberían haber sido mucho más calientes y
poderosas que antes, pero las feroces llamas rojas frente a mí las devoraban
con facilidad.
Intenté
mantener la calma y fijé mi mirada en mi oponente.
Seguía
luciendo tan feroz como lo recordaba. Un hombre con un rostro sin emociones.
No
es que compartiéramos una complexión similar.
Aunque…
probablemente tenía más sentido decir que yo no me parecía a él en lugar de lo
contrario.
Puede
que no haya pasado mucho tiempo, pero sin duda alguna el tiempo había
transcurrido, y aun así, él no parecía haber envejecido en absoluto.
Los
ojos rojos del hombre me observaron.
—Ha
pasado un tiempo.
—…
Me
detuve tras escuchar la voz del hombre.
Eso
fue lo primero que Padre dijo después de encontrarnos tras años sin vernos.
—…Sí.
—Esperaba
que ella viniera, pero es más brutal de lo que imaginaba, al enviarte en su
lugar…
Padre
se refería a la Demonio Celestial.
El
Demonio Celestial estaba enfocada en curar las heridas que sufrió en su batalla
anterior.
Fue
una batalla feroz.
Con
ese pensamiento, observé a Padre.
Él
fue quien le infligió esas heridas al Demonio Celestial.
Él
fue único capaz de dañar el cuerpo del Demonio Celestial cuando nadie más pudo
hacerlo.
Y
no solo eso, sino que Padre parecía estar perfectamente bien después de la
batalla.
Quizás
lo aparentaba por fuera, pero yo sabía que por dentro no lo estaba.
—Sé
que estás herido en este momento.
—…
Las
cejas de Padre se crisparon cuando escuchó mi voz.
Yo
podía sentirlo con solo mirarlo.
El
Qi demoníaco estaba apoderándose lentamente del cuerpo de Padre.
No
era un Qi demoníaco ordinario, sino el Qi del Demonio Celestial.
No
debería resultarle fácil siquiera respirar, mucho menos caminar de esa manera.
Era
únicamente su fuerza de voluntad lo que lo mantenía en pie.
Aun
teniendo esta ventaja, no podía superar sus llamas con las mías, lo que
demostraba lo poderoso que era Padre.
—Tercer
hijo.
Fruncí
el ceño al escuchar cómo me llamaba.
—¿No
deberías haber dejado de llamarme así a estas alturas?
—¿No
te agrada?
—¿Aún
me ves como tu hijo?
Padre
mostró una expresión extraña al escuchar mi respuesta.
—¿Acaso
no lo eres?
Cerré
los ojos con fuerza tras escucharlo.
—¿Sabes…
que maté a la Espada Carmesí?
El
título de la Espada Carmesí pertenecía a Gu Huibi, a quien yo maté.
Las
cejas de Padre temblaron levemente al escuchar mis palabras.
—Además,
vine aquí ahora para matarte también.
—…
—¿Aún
me ves como tu hijo?
Padre
mantuvo su rostro inexpresivo a pesar de escuchar mis palabras.
Sabía
que estuve involucrado en la muerte de Gu Huibi, y aun así, no mostró enojo
hacia mí.
—Honestamente,
ni siquiera sé si alguna vez me viste como tu hijo en primer lugar.
Si
me hubiera considerado su hijo, quizás me habría gritado por mis acciones.
Tal
vez habría cuestionado mis actos o me habría pedido que regresara.
Sin
embargo, Padre no hizo ninguna de esas cosas.
Incluso
cuando me convertí en un Humano Demoníaco…
Incluso
ahora, Padre no hizo nada. Honestamente, habría sido mejor si se hubiera
enfurecido conmigo.
¿Era
por mis llamas?
Mi
cuerpo se sentía cada vez más caliente.
—¿Por
qué me perdonaste ese día?
Le
pregunté a Padre.
Cuando
mi nombre comenzó a extenderse tras convertirme en un Humano Demoníaco, Padre
apareció frente a mí.
Ese
día, esperaba morir.
No
creí que Padre perdonaría mi vida después de convertirme en un Humano
Demoníaco.
Estaba
convencido de que me quemaría vivo en el acto, pero en cambio, cerró los ojos,
se dio la vuelta y se marchó.
—Después
de pensarlo un tiempo, me di cuenta. Creíste que era mejor así, ¿No?
—…
—Un
inútil bastardo que estaba destinado a convertirse en un Joven Señor se fue por
su cuenta. Lo viste como algo positivo, ¿Me equivoco?
Padre
escuchaba en silencio mientras hablaba con desesperación.
—Y
por eso que… jamás te enojaste conmigo ni una sola vez.
—¿Querías
que me enojara?
—No
lo sé. Ya no lo sé, pero tal vez las cosas habrían sido mejores si lo hubieras
hecho.
Alguna
vez quise vivir una vida libre de atención.
Eso
era lo que creía querer en el pasado, pero quizás, en realidad, deseaba lo
contrario.
Aunque,
por supuesto, ya era demasiado tarde para pensar en eso ahora.
—Ya
veo.
Padre
asintió tras escuchar mi respuesta.
Incluso
ese simple gesto suyo me frustraba.
Con
una expresión vacía, le hice una pregunta.
—¿Qué
fui para ti…?
¿Qué
fui para Padre?
¿Solo
un bastardo que causaba problemas?
¿Un
hijo no deseado de una concubina?
¿O
existí únicamente para el Clan Gu?
Mi
cabeza comenzó a dar vueltas mientras todo mi Qi desaparecía.
Además,
Padre ni siquiera respondió mi pregunta.
¿Acaso
pensó que no era digno de una respuesta?
Era
justo. Padre siempre había sido así.
Después
de verlo de esa manera…
Blaze–
Con
una leve sonrisa, envolví mi cuerpo en llamas negras.
—Creo
que no tiene sentido seguir con esta conversación.
—…
Padre
también se envolvió en llamas tras verme.
El
calor de Padre explotó desde su cuerpo y se elevó hacia el cielo.
Al
mismo tiempo, sentí su intensa presión empujarme hacia abajo.
Era
el efecto de su Cielo Rojo.
No
retrocedí y usé mi Cielo Negro para iniciar mi ataque.
El
Qi demoníaco giró a mi alrededor y condensé mi Qi para crear una Esfera
Llameante.
No
me detuve con solo una.
Creé
numerosas Esferas Llameantes, que levitaron sobre mi cuerpo. Luego, las dirigí
todas hacia padre.
Era
suficiente para destruir esta área, pero todas las Esferas Llameantes
desaparecieron antes de hacer contacto con Padre, como si nunca hubieran
existido en primer lugar.
—…
A
pesar de que una enorme cantidad de Qi desapareció de golpe, todo quedó en un
completo silencio.
Fruncí
el ceño ante la escena. Luego, apreté los dientes y salté hacia él.
Observé
la mano de Padre mientras me acercaba.
Allí,
en su mano…
—Eso
es…
El
Arte Secreto del Clan Gu que solo se podía usar al alcanzar el nivel más alto
de las Artes de la Llama Destructiva.
Era
el poder que había dañado el cuerpo del Demonio Celestial, la llama del Clan
Gu.
Mientras
tuviera ese poder, era imposible que yo ganara contra él.
No,
incluso si no lo tuviera, de todos modos no tendría oportunidad contra Padre.
Lo
conocía demasiado bien.
A
pesar de eso, fui al Clan Gu completamente solo.
¿Era
para terminar lo que el Demonio Celestial no pudo?
Tendría
sentido hacerlo para mostrar mi lealtad como Humano Demoníaco, pero esa no era
la razón detrás de mis acciones.
No
vine aquí para matar a mi padre, vine aquí para que él me matara.
¡Blaze–!
Dirigí
mis llamas hacia él.
Mis
llamas se veían más negras que antes porque había mezclado mis emociones en
ellas.
¿Acaso
solo lo estaba imaginando?
Tenía
que ser así.
Mis
olas gigantes de llamas atacaban sin parar a Padre, pero ninguna lograba
alcanzarlo.
Apreté
los dientes tan fuerte que sentí que se quebraban.
¡Swoosh–!
Las
llamas de Padre me impedían avanzar, pero me abrí paso a la fuerza.
Estaba
caliente.
Las
llamas de Padre eran inusualmente calientes, incluso cuando yo había entrenado
usando las Artes de la Llama Destructiva.
Mi
ropa se quemó y mi piel empezó a arder junto con ella.
Sentía
que iba a perder el conocimiento por el dolor, pero no me detuve.
Los
ojos de Padre se abrieron al verme cargar contra él.
Reuní
llamas en mi mano una vez más.
Reuní
todo lo que pude y condensé mi Qi en un solo punto.
Esto
era diferente de la Esfera Llameante.
No
era una técnica avanzada, sino una esfera de nada. Una esfera que contenía
todas mis emociones dentro.
Voy
a morir aquí.
Ya
no podía soportarlo más.
Me
había endurecido para matar, pero mi mente ya no podía seguir el ritmo. Incluso
si vivía mi vida por alguien más, no era suficiente para seguir adelante.
Había
perdido mi objetivo hace mucho tiempo…
¿Para
qué vivía?
Podría
jurar que tenía un propósito al principio, pero ya ni siquiera lo recordaba.
Estaba
demasiado cansado y agotado, y solo quería que todo terminara.
¿Servirá
mi muerte como expiación para algo?
–No.
Sabía
que estaba siendo infantil, y me detestaba por eso.
Esto
no era una redención para nadie ni para nada, sino simplemente una forma
egoísta de consolarme a mí mismo.
Sin
embargo, eso ya no importaba.
Con
ese pensamiento, avancé.
Las
llamas rojas de Padre se hicieron aún más intensas a medida que me acercaba.
Parecía
que realmente iba en serio con quemarme vivo.
Era
lo que quería, pero no pude evitar sentir una emoción amarga.
No
quería este tipo de relación.
Morir
a manos del padre que tanto resentí y temí… qué forma tan miserable de morir.
Sonreí
al pensar en eso.
Creí
que ese tipo de muerte me quedaba bien.
Crack.
¡Blaze–!
Llamas
con forma de tigre y dragón envolvieron mi cuerpo. ¿Era para atraparme?
Inmediatamente
escapé de su agarre mientras las llamas se dispersaban y bloqueaban mi visión.
Luego, las alejé con fuerza.
Entonces,
vi a Padre justo frente a mí.
Con
llamas rojas rodeando su cuerpo, llamas que antes había compartido con él, me
miraba con su cabello y ojos rojos.
¿Qué
expresión tenía?
No
podía decirlo.
La
mano de Padre comenzó a moverse.
Sus
manos portaban el rango más alto de las Artes de la Llama Destructiva del Clan
Gu.
Mi
vida terminaría una vez que esa mano hiciera contacto con mi cuerpo. Con ese
pensamiento, extendí mi mano.
Me
pregunté qué tipo de expresión haría Padre una vez que muriera.
¿Mantendría
su rostro sin emociones como hasta ahora?
Probablemente
ese sería el caso.
Ni
siquiera podía imaginarlo con otra expresión.
La
mano de Padre se acercaba mientras yo me perdía en mis pensamientos.
Era
una mano grande y áspera.
Seguramente
era rápida, pero por alguna razón parecía ir lento.
¿Estaba
a punto de ver pasar mi vida frente a mis ojos?
Esperaba
que no.
Solo
tenía recuerdos desagradables y patéticos en mi vida, así que simplemente
quería cerrar los ojos.
Antes
de que mi mano pudiera alcanzar a Padre, su mano llegó a mi cuerpo primero.
Justo
cuando pensé que todo había terminado…
Swish–
"…!"
Las
llamas de alrededor del cuerpo de Padre desaparecieron al instante.
Contuvo
su fuerza y liberó su Qi.
Su
barrera de Qi defensiva desapareció junto con el resto de su energía.
No
tuve tiempo de analizar la situación.
Justo
cuando iba a detenerme junto con él, Padre jaló mi mano hacia él, a pesar de
mis intenciones.
¡Slam–!
Mi
puño hizo contacto con el pecho de Padre, causando un gran impacto que sacudió
el área.
¡Swoosh–!
Una
poderosa onda de Qi explotó y hice lo posible por analizar la situación.
—¿Qué…
estás…?
Lentamente
levanté la cabeza para mirarlo.
Cuando
por fin vi el rostro de Padre…
—…!
Vi
sangre salir de su boca.
Intenté
detener mi poder rápidamente antes de que mi ataque lo golpeara, pero fallé en
retirar todo mi Qi en ese instante y golpeó su cuerpo indefenso.
Fue
más que suficiente para matarlo en el acto, pero Padre seguía de pie sobre sus
dos piernas como si nada, sin siquiera haberse movido hacia atrás.
—¿Qué…?
¿¡Por qué simplemente no…!?
¿Era
porque no lograba entender la situación?
No
podía hablar con claridad.
Entonces
sentí algo sobre mi cabeza.
Era la mano de Padre.
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