Capítulo 406: ¿Quieres Jugar un Rato con tu Hermana? (1)

¿Quieres Jugar un Rato con tu Hermana? (1)

 

Después de lidiar con aquella tormenta, cené y me dirigí al interior del carruaje de Moyong Hi-ah.

 

Éramos solo los dos adentro, y tenía mi mano en su espalda porque había pasado un tiempo desde la última vez que le transferí calor.

 

Ssss–

 

¿Sería porque había pasado tanto tiempo?

 

"…Ah."

 

Vi cómo la espalda de Moyong Hi-ah se estremecía un poco.

 

Según ella, es una sensación extraña.

 

Retiré mi mano después de transferirle suficiente calor.

 

Cuando el tratamiento terminó, Moyong Hi-ah soltó el aliento que había estado conteniendo.

 

"Hah…"

 

Hablé después de oírla exhalar.

 

"Unas cuantas veces más bastarán."

 

"…Por supuesto."

 

El Qi frío que sentí dentro de Moyong Hi-ah era mucho menor que la primera vez.

 

A este ritmo, parecía que estaría completamente curada en unos seis meses.

 

Entonces,

 

Moyong Hi-ah podría volver a entrenar.

 

Ya habían pasado dos años desde la última vez que entrenó en serio.

 

Dos años era muchísimo tiempo para un artista marcial.

 

Solo la había visto hacer entrenamiento básico de vez en cuando.

 

Sería problemático si seguía postergándolo más tiempo.

 

Aunque Moyong Hi-ah no parecía demasiado preocupada por eso.

 

En realidad, no mostraba mucho interés en las artes marciales desde el principio, pero yo sentía que era necesario que volviera a entrenar, ya que pertenecía a un clan marcial. Especialmente por la calamidad que se avecinaba.

 

Seguí mirando la espalda de Moyong Hi-ah y decidí preguntarle algo distinto.

 

"Eso está bien… pero, ¿Puedes hablarme de tu tía?"

 

"Oh."

 

La expresión de Moyong Hi-ah cambió un poco cuando le pregunté por la Espada de la Ola Blanca.

 

"¿Por qué está aquí como mi escolta?"

 

No podía estar más sorprendido al enterarme de que de repente había venido como su escolta.

 

Aparentemente recibió una aprobación para hacerlo, pero eso no facilitaba en nada que pudiera entender esta situación.

 

Cuando le pregunté a Moyong Hi-ah al respecto, respondió con un tono ligeramente agotado.

 

"No lo sé muy bien… mi tía siempre ha sido extrañ–… No, siempre ha sido especial. Por eso, ni siquiera mi Señor pudo hacer nada respecto a ella."

 

"…"

 

Básicamente, significaba que todo el clan se había rendido con la Espada de la Ola Blanca.

 

Dios mío…

 

Además, ¿"Recibió una aprobación"?

 

Cuando le pregunté a la Espada de la Ola Blanca de quién recibió esa aprobación, mencionó a Lady Mi.

 

¿Por qué mencionó de repente a Lady Mi?

 

Ya me había sorprendido que la Espada de la Ola Blanca y Lady Mi se conocieran, pero era aún más extraño pensar que Lady Mi fuera quien le diera la aprobación.

 

No pude evitar suspirar al pensarlo.

 

Escolta mi trasero…

 

Ya no estaba en un nivel en el que necesitara una escolta.

 

¿Qué artista marcial en el Reino Fusión anda con escoltas?

 

Tendría algo de sentido si fueran los Señores de los clanes o el Líder de la Alianza quienes tuvieran guardias, pero ni siquiera los artistas marciales del Reino Pico llevaban escoltas.

 

Y sin embargo, aquí estaba yo con una escolta siendo del Reino Fusión.

 

Y además, ¿Nada menos que la Espada de la Ola Blanca?

 

Simplemente no podía entender cómo una maestra del Clan Moyong estaba aquí como mi escolta, cuando una pariente directa del mismo clan estaba justo aquí.

 

Parecía que Moyong Hi-ah notó mi expresión de conflicto, porque empezó a hablarme en un tono cuidadoso.

 

"Lo siento."

 

Sonreí con ironía al escucharla disculparse.

 

"¿Por qué te disculpas? No es tu culpa."

 

"Aun así…"

 

Una expresión rara de culpa en Moyong Hi-ah se veía bastante lin–… No, lamentable.

 

"…Se volvió un poco molesto, pero está bien."

 

Honestamente no estaba nada bien, pero hice lo mejor que pude para sobrellevarlo.

 

No sabía qué tipo de conversación había tenido la Espada de la Ola Blanca con Lady Mi para que esto ocurriera, pero solo tenía que pensar en ello como algo positivo, ya que era una maestra de artes marciales reconocida siendo mi escolta.

 

Aunque realmente no lo veía como algo positivo.

 

Aun así, hice lo mejor que pude por intentarlo.

 

Al menos debía intentarlo.

 

Porque no estaba en una situación en la que pudiera preocuparme por esto ahora mismo.

 

Tenía otras cosas que atender, así que no podía gastar todo mi tiempo pensando en la Espada de la Ola Blanca.

 

Miré por la ventana del carruaje hacia la luna. Por su posición, ya era hora.

 

Después de confirmar la hora, comencé a escuchar una voz en mis oídos, tal como esperaba.

 

–Es hora. Ven.

 

"…"

 

Me levanté después de oír ese mensaje telepático del Rey Oscuro.

 

Moyong Hi-ah me miró con curiosidad por mi repentino movimiento.

 

"¿Maestro Gu?"

 

"Me iré ahora, ya es hora de entrenar."

 

"Oh… ¿No puedes quedarte un poco más?"

 

"Lo siento, debo darme prisa."

 

Dejé a Moyong Hi-ah, quien parecía decepcionada, y me apresuré en irme.

 

Mi destino era el mismo bosque donde había estado ayer.

 

"…Tsk."

 

La misma sensación de ayer me recorrió apenas entré al bosque.

 

Mi visión se oscureció y mis sentidos se desvanecieron en un instante. Era por la habilidad del Rey Oscuro.

 

Bloqueaba mi vista y entorpecía mis sentidos. ¿Sería una técnica marcial parecida a una Formación?

 

Se sentía algo similar al Cielo Rojo.

 

Parecía algo parecido al Arte Secreto del Clan Gu que yo usaba, ya que ambos afectaban el entorno del usuario.

 

La diferencia entre ambos es que mientras el Cielo Rojo me ayuda, la técnica del Rey Oscuro perjudica a su oponente.

 

"…Uf."

 

Solté un profundo suspiro al llegar.

 

Pensé constantemente en huir mientras me dirigía aquí, pero finalmente decidí enfrentar el desafío.

 

Lo haría por pura obstinación.

 

Me enfurecía, pero tenía que hacerlo.

 

Me preguntaba qué sentido tenía este entrenamiento si apenas me dejaba dormir.

 

Sabía que el Venerable Deshonrado no me haría entrenar en vano, pero no podía evitar sentirme molesto.

 

Una persona común no duraría ni un día.

 

El Rey Oscuro me hacía experimentar muertes que se sentían demasiado reales. Esto habría destrozado la mente de una persona normal, así que no entendía por qué el Venerable Deshonrado eligió un entrenamiento tan brutal.

 

Uno podría preguntarse por qué intentaba completar esta tarea sin quejarme.

 

Es porque no tengo otra opción.

 

Solo me quedaba confiar en el Venerable Deshonrado por ahora. Si él vio potencial en mí, lo único que podía hacer era darlo todo.

 

Solo entonces, quizás, encontraría un poco de esperanza.

 

Después de pensar eso, me quedé quieto y tomé postura adecuadamente.

 

Luego, afiné mis sentidos al máximo, abrí los ojos y hablé.

 

"Estaré a su cuidado otra vez."

 

No escuché respuesta del Rey Oscuro, pero sabía que la segunda noche de mi entrenamiento de muerte había comenzado.


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