Capítulo 411: El Último Bandido (2)

El Último Bandido (2)

 

¿Bandidos?

 

Muchos pensamientos llenaron mi mente después de escuchar al Venerable Deshonrado.

 

Desde que las Puertas de Demonios comenzaron a aparecer en el mundo, los bandidos que vivían en las montañas y los mares terminaron abandonando sus aldeas y se unieron a la Facción No Ortodoxa, ya que no podían defenderse contra los demonios.

 

Los pocos que quedaban fueron cazados por la Alianza Murim desde hace quince años, por lo que la mayoría fue erradicada del mundo.

 

Aunque no estaban completamente alejados de la gente, ya que de vez en cuando aparecían noticias de personas que los veían en los mares y las montañas.

 

Por supuesto, la Alianza enviaba a su ejército cada vez que surgía una noticia, lo cual solo hacía que los bandidos se extinguieran aún más.

 

Con todo eso en mente, era sorprendente oír hablar de bandidos.

 

¿En el territorio de Sichuan, nada menos?

 

Esto es…

 

Es el grupo de ese bastardo.

 

Lo supe en cuanto escuché la noticia.

 

Los bandidos del que hablaba el Venerable Deshonrado era el grupo de ese bastardo que ya planeaban cazar en cuanto llegara a Sichuan.

 

No tenía ninguna duda.

 

Los bandidos que estaban activos en esta zona solo podían ser ellos.

 

Pensé para mí mismo mientras jadeaba.

 

Sería raro si fuera cierto.

 

Me hacía preguntarme. Su primera aparición no fue sino hasta dentro de unos dos años.

 

Se suponía que debía estar reuniendo tanto poder como pudiera hasta entonces, pero ¿Moverse ahora, eh…?

 

Me resultaba extraño.

 

Rey Verde…

 

Pensé en el gigante conocido como el rey de los bandidos en mi vida pasada.

 

Era un Humano Demoníaco que alcanzó el pináculo de la fuerza física, ya que incluso se decía que había logrado tener un cuerpo de acero.

 

Incluso la Autoridad que el Demonio Celestial le otorgó se llamaba Fuerza Monstruosa, lo cual le quedaba perfectamente.

 

Me fue muy problemático atravesar su cuerpo gigante en una pelea contra él.

 

¿Tal vez esto sea algo bueno?

 

Ese bastardo fue la segunda razón más importante por la que vine a Sichuan, justo después de la Piedra Demoníaca Blanca.

 

Ese bastardo fue un malvado Humano Demoníaco en mi vida pasada. Incluso fue lo suficientemente fuerte como para convertirse en uno de los capitanes del ejército del Demonio Celestial.

 

Planeaba convertir a ese bastardo en un Humano Demoníaco para construir mi propia alianza.

 

Pero si él quiere mostrarse, supongo que eso me lo facilita.

 

Sin embargo, había algo que me preocupaba un poco.

 

Miré de reojo.

 

Giré ligeramente y miré hacia donde estaban parados los miembros del Clan Tang.

 

Desafortunadamente, estoy con el Señor del Clan Tang en este momento…

 

Eso era un problema.

 

La primera aparición del Rey Verde en el mundo le hizo ganarse ese título.

 

El Asesino de los Tang.

 

Creo que lo llamaban así porque solo cazaba y mataba miembros del Clan Tang en Sichuan.

 

El Rey Verde se volvía loco cada vez que veía a alguien con el apellido Tang en mi vida pasada, y al parecer, la razón de su odio hacia mí estaba relacionada con el Clan Tang.

 

Decía que no le agradaba que yo fuera quien mató a la Reina del Veneno.

 

Me odiaba porque yo la había matado en lugar de él.

 

Al principio, pensé que era absurdo.

 

Me preguntaba cómo podía tener sentido una razón así, pero luego entendí por qué el Rey Verde tenía tanto odio hacia el Clan Tang como para irse en una matanza.

 

El verdadero nombre del Rey Verde era Tang Duk.

 

Es obvio por su nombre, pero era del Clan Tang.

 

Era medio hermano lejano o primo del Rey del Veneno, hasta donde sabía, pero eso no me importaba mucho.

 

Lo importante era el hecho de que lo llamaban el producto fallido del Clan Tang.

 

Qué nombre tan hiriente.

 

Producto fallido del Clan Tang.

 

¿Era porque una vez me llamaron producto fallido del Clan Gu? También sentí dolor con ese nombre.

 

Sabía vagamente por qué lo llamaban así.

 

El Rey Verde no tenía ninguna característica del Clan Tang como artista marcial.

 

Aparte de su cabello verde oscuro, no tenía nada que probara que era parte del Clan Tang.

 

Prácticamente no tenía inmunidad al veneno y no pudo entrenar el Arte del Veneno a pesar de ser del Clan Tang.

 

El físico gigante del Rey Verde no era adecuado para un arte marcial que se especializaba en el asesinato.

 

El mundo se preguntaba si su odio hacia el Clan Tang era porque fue abandonado por su propio clan.

 

El problema más grande fue que el Clan Tang no dijo nada para negar esos rumores, como si los estuvieran confirmando.

 

En fin, este era el monstruo que odiaba al Clan Tang, también conocido como el rey de los bandidos, el Rey Verde Tang Duk.

 

No me importaba por qué lo habían echado del Clan Tang para que terminara convirtiéndose en un bandido.

 

Todo lo que me importaba era si estaba actuando ahora o no, y eso era todo.

 

O lo mato o lo convierto en un Humano Demoníaco. No hay otra opción.

 

Hubo muchos Humanos Demoníacos en mi vida pasada, y ya tenía planeado cuáles de ellos iba a convertir en esta vida.

 

El Rey Verde en Sichuan era uno de ellos, y el Demonio de la Espada, que probablemente ahora mismo esté afilando su espada, era otro.

 

Aquellos que tuvieran potencial para convertirse en un problema en el futuro serían eliminados o absorbidos por mí.

 

Ese fue el método que elegí.

 

"…Anciano."

 

"¿Hmm?"

 

"Entonces, ¿Qué dijo el Rey Oscuro al respecto?"

 

Fue el Rey Oscuro quien encontró a esos bandidos, ¿No?

 

No sabía cuál era el objetivo de ese bastardo, pero definitivamente no sabían que este grupo estaba lleno de monstruos.

 

El Rey Oscuro era especialmente bueno en este tipo de cosas.

 

Era un problema si decidía deshacerse de ellos.

 

Sería un problema para mí si el Rey Oscuro planeaba matar a todos los bandidos que nos rodeaban.

 

Oportunidades como esta no se presentan a menudo, y ese bandido era alguien que necesitaba.

 

Mientras seguía preocupado, el Venerable Deshonrado me respondió con una sonrisa burlona.

 

"¿Qué crees que hará?"

 

Habló en un tono de fastidio.

 

"Simplemente los dejará pasar."

 

"¿El Rey Oscuro haría eso?"

 

El Venerable Deshonrado me lanzó una mirada extraña después de escuchar mi pregunta.

 

"¿Y qué, debería ir a buscarlos y matarlos a todos?"

 

Pensé que eso era lo obvio… ¿No?

 

Al menos, así percibía yo al Rey Oscuro.

 

"Tsk, ya puedo decir lo que estás pensando solo con ver tu cara."

 

"…"

 

"No sé cómo lo ve el mundo, pero a ese bastardo no le gusta matar tanto."

 

"¿En serio…?"

 

Era fascinante oírlo. El hombre conocido como el rey de los asesinos no disfrutaba matar.

 

"Solo mata cuando es necesario."

 

"…Wow."

 

"Bueno, sí mata a todo lo que se le cruce si pierde el control, pero no es un problema mientras eso no ocurra."

 

"…"

 

El Venerable Deshonrado no estaba mintiendo, ¿Verdad? Me encontré mirando alrededor mientras lo escuchaba.

 

Me asustaba que el Rey Oscuro pudiera estar escuchándonos.

 

…Ugh.

 

Ver al Rey Oscuro ya me hacía temblar, pero se volvió peor gracias a mi entrenamiento del último mes.

 

Intenta que te maten la misma persona docenas de veces al día durante más de un mes… te enfermarías.

 

No hay respuesta para este entrenamiento…

 

Intentaba idear algo todas las noches, pero aún no lograba ni acercarme al nivel del Rey Oscuro.

 

Me sentía como un idiota a estas alturas.

 

Necesitaba una solución diferente para superar este entrenamiento.

 

El problema era que no tenía ninguna, por eso me mataban cada noche.

 

En fin, dejemos eso de lado y pensemos en los bandidos…

 

Por ahora, solo sabíamos que estaban cerca, así que no estaba seguro de si tenían algo que ver con nosotros todavía.

 

También parecía que solo el Rey Oscuro había notado su presencia.

 

Considerando que ni los otros Señores ni yo los notamos, significaba que estaban muy lejos de nosotros.

 

Necesitaba algo de tiempo para observarlos, especialmente porque no parecían tener intención de hacer nada con nosotros por ahora, pero ya me sentía incómodo desde que escuché la noticia del Venerable Deshonrado.

 

Al notar mi emoción conflictiva, el Venerable Deshonrado me hizo una pregunta.

 

"Niño."

 

"¿Sí?"

 

"Parece que estás planeando algo, juzgando por tu expresión."

 

"…"

 

¿Cómo lo supo? Lo notó aunque tenía los ojos cerrados.

 

Este anciano siempre era increíblemente perspicaz en ese sentido.

 

El Venerable Deshonrado sonrió después de tomarme por sorpresa.

 

"Sea lo que sea, asegúrate de no ser atrapado haciéndolo."

 

"…Entendido."

 

¿Cómo podía decir eso sin saber lo que estaba planeando?

 

El Venerable Deshonrado no debería saber sobre mi regresión, pero en momentos como este, parecía que sí lo sabía.

 

También parecía que no le importaría aunque se enterara.

 

Mientras no afectara mi entrenamiento, al Venerable Deshonrado no le importaba nada más.

 

Aunque sería una historia completamente diferente si aquello lo afectara…

 

"¿Vas a hacerlo hoy?"

 

"¿Hacer… qué?"

 

"Lo que sea que estés planeando."

 

"…"

 

"Pareces muy preocupado por ello. Ocúpate de eso lo antes posible, ya que afectará tu entrenamiento."

 

Contuve la respiración al oírlo.

 

¿Hasta qué punto podía leer mi mente?

 

El Venerable Deshonrado habló de nuevo con una sonrisa, como si también hubiera notado mi emoción.

 

"¿Debería preguntarle al bastardo murciélago dónde los encontró?"

 

"…"

 

Realmente me dejaba sin palabras…

 

A este punto, me daba miedo.

 

Aunque, por supuesto,

 

"Sí… lo agradecería."

 

No rechacé su oferta.

 

******************

 

En un sendero que conducía al inicio del bosque de Sichuan, la luz de la luna se filtraba entre las hojas que cubrían el cielo.

 

En el bosque, algunos hombres avanzaban en silencio hacia un matorral.

 

Había algo tenue a su alrededor, conocido como barrera entre los artistas marciales.

 

Se usaba para bloquear el sonido y la presencia, permitiéndoles moverse sigilosamente.

 

Mientras estos hombres avanzaban tras colocar la barrera,

 

"Ugh, maldita sea…"

 

Uno de ellos comenzó a maldecir en voz baja.

 

Entonces, el hombre que iba al frente volteó sorprendido.

 

"Idiota, ¿No puedes callarte? ¿Te volviste loco?"

 

"Ugh, hermano, ¿De verdad tenemos que hacer esto…?"

 

"¡Maldito bastardo, ahora te atreves a quejarte! ¿Acaso yo di esta orden? ¡Fue el jefe quien nos dijo que lo hiciéramos!"

 

Tras esa respuesta furiosa del hombre al frente, el que maldijo antes cerró la boca.

 

Estaban frustrados por tener que moverse como sigilosos bandidos, pero no podían decir nada ya que fue su jefe quien dio la orden.

 

Mierda.

 

Todo lo que podían hacer era quejarse por dentro.

 

"…Hermano, ¿Cuánto más tenemos que avanzar?"

 

"Probablemente uno o dos días más a este ritmo."

 

Podían haber llegado en menos de dos horas si usaban su Qi, pero se movían prácticamente arrastrándose, por lo que tardarían mucho más.

 

El hombre volvió a maldecir al oír la respuesta del líder.

 

"Sigh, maldición…"

 

Por eso, el hombre al frente frunció el ceño de nuevo y habló.

 

"Ya deja de quejarte. Solo tenemos que observarlos desde lejos, ni siquiera es peligroso."

 

La orden de su jefe era observar sus movimientos.

 

No tenían que combatir, ya que no se les ordenó hacer una emboscada.

 

"Pero, ¿Y si nos descubren? Eso de 'no es peligroso' es una mierda."

 

Sin embargo, eso tampoco lo hacía completamente seguro.

 

"Bastardo, ¿Por qué solo dices cosas que me sacan de quicio?"

 

El que parecía el líder del grupo sacó algo de su bolsillo y se lo mostró al que se quejaba.

 

"Te aseguro que no nos atraparán mientras tengamos esto."

 

En su mano había una piedra verde oscura.

 

Era del tamaño del puño de un hombre promedio, y no parecía tener nada especial.

 

Sin embargo, sorprendentemente, era un tesoro.

 

Un tesoro que borraba la presencia del que lo sostenía y de quienes lo rodeaban.

 

El jefe les había dicho que ni siquiera los artistas marciales del Reino Fusión los notarían mientras tuvieran ese tesoro. Además, ya habían colocado una barrera.

 

Bueno, claro, siempre que no hubiera monstruos de un nivel superior en la otra parte.

 

"Nos dijeron que los artistas marciales más fuertes en ese grupo eran los Señores de los clanes Tang y Pe. ¿Por qué tienes tanto miedo?"

 

"Aun así…"

 

"Sigh, ¿En serio? Entonces regresa a la montaña si tienes tanto miedo. Pero el jefe probablemente te matará si lo haces. ¿Estás bien con eso?"

 

"…"

 

"Solo tenemos que seguir la orden. Mientras hagamos eso, todo estará bien, así que si te quejas una vez más, te dejo aquí enterrado vivo."

 

El líder del grupo se dio la vuelta después de decir esto con furia.

 

El hombre que se quejaba ya no dijo una palabra. ¿Qué podía hacer si lo amenazaban con enterrarlo vivo?

 

…Por alguna razón, me siento nervioso.

 

El hombre sentía nervios.

 

Podían tener un tesoro impresionante, pero su orden era observar al grupo liderado por uno de los hombres más peligrosos de las Llanuras Centrales, conocido como el Rey del Veneno.

 

Podrían pudrirse hasta morir si eran descubiertos, ¿Cómo no iban a preocuparse?

 

Yo no me uní a los bandidos para morir.

 

Tras pensarlo mucho, el hombre decidió hablar con el líder una vez más, listo para ser reprendido. Sin embargo,

 

"Hermano… todavía creo que esto es–"

 

Blaze–

 

Entonces vio un destello de fuego.

 

Ninguno de ellos llevaba antorchas, ya que debían ser lo más sigilosos posible, así que ¿Qué fue esa llama que apareció de repente?

 

Mientras el hombre se confundía,

 

¡Crack–!

 

Comenzó a oír el sonido de algo quebrándose detrás de él.

 

Cuando giró rápidamente para ver,

 

"…!"

 

Abrió los ojos de par en par al ver lo que tenía delante.

 

Los miembros de su grupo que iban detrás de él ya habían sido asesinados con el cuello torcido, y uno de ellos estaba de rodillas con la boca cubierta por una figura desconocida.

 

El hombre logró ver claramente al atacante.

 

No intentaba ocultar su rostro, y las llamas que lo rodeaban iluminaban su entorno, así que era imposible no ver su apariencia.

 

El hombre frunció el ceño al ver el rostro de su atacante.

 

…¿Un mocoso?

 

Parecía muy joven.

 

El líder del grupo tuvo la misma reacción.

 

"¿¡Q…Quién eres tú, bastardo!?"

 

El hombre desenvainó su espada y se preparó para pelear, pero el joven observó al grupo como si no se sintiera amenazado en lo más mínimo.

 

Entonces habló.

 

"¿Tres, eh?"

 

"…¿Qué?"

 

"Supongo que tres es suficiente. Quemar a dos vivos hará que el último hable."

 

Después de decir eso para sí mismo,

 

¡Crack–!

 

"¡Ugfgh!"

 

Le aplastó la pierna al hombre que tenía capturado.

 

No dudó ni un segundo.

 

"¡Bastardo…!"

 

El líder cargó directamente hacia el joven al ver esa escena horrenda.

 

Sin embargo, el joven no se movió ni un centímetro.

 

"¡Hermano…! ¡Espera…!"

 

Al ver eso, el otro intentó detenerlo, pero ya era demasiado tarde.

 

El líder ya estaba corriendo hacia el joven.

 

En respuesta, el joven habló con el mismo tono calmado de antes.

 

"No tengo mucho tiempo, tengo que estar de vuelta para la tarde, así que terminemos esto rápido."

 

Después de hablar, el líder comenzó a gritar.

 

Algo andaba mal. Ese fue el primer pensamiento del hombre.

 

Pero ese no era el único problema.

 

Se dio cuenta de algo poco después.

 

No era al Rey del Veneno a quien debía temer… sino a otra persona.


¡Sí te gusto el capítulo por favor comparte esta página para que más personas puedan ver nuestros proyectos! ¡Te lo agradecería un montón!

Comentarios