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El
Veneno Celestial, Tang Jaemoon.
Fue
uno de los cinco héroes que detuvieron el Desastre de Sangre del Demonio de
Sangre en el pasado.
También
fue responsable de convertir al Clan Tang en parte de la Facción Ortodoxa
cuando la gente los trataba como una Facción No Ortodoxa en ese entonces, y
ayudó en la creación de la Alianza Murim.
Había
escuchado sobre él por parte del Anciano Shin.
Según
él, Tang Jaemoon era un tipo completamente loco.
…Pero
la figura que tenía al frente no era un tipo.
Miré
la figura de Tang Jaemoon con expresión de sorpresa.
Tenía
el cabello largo que le llegaba hasta la cintura.
Era
de un hermoso color verde claro, que no se podía comparar al de Tang Soyeol ni
al del Rey del Veneno.
Al
principio, me pregunté dónde había visto ese color antes.
Y
es similar al color del lago.
Casi
parecía que su cabello brillaba.
Sus
ojos tenían un aura ligeramente soñadora y sus pupilas brillaban como joyas.
Se
parecía un poco a Tang Soyeol, pero mucho más femenina y madura.
Sus
pechos, en especial, son–
…
No
se veían tan exagerados como los de Namgung Bi-ah, pero parecían bastante
incómodos para usar artes marciales con ese cuerpo.
¿Realmente
era Tang Jaemoon?
¿Acaso
era su hermana menor o mayor?
Si
no era eso…
¿Tang
Jaemoon era en serio una mujer?
Se
sentía extraño que uno de los cinco héroes fuera una mujer, y más aún con un
nombre como ese…
Mientras
la miraba con una expresión de shock, él–… no, ella empezó a acercarse.
¡Shaaaa–!
La
Serpiente Roja de Agua mostró hostilidad hacia ella.
¿Qué
le pasa a este bastardo ahora?
Al
ver a la Serpiente Roja de Agua, Tang Jaemoon habló mientras inclinaba la
cabeza.
[Qué
fascinante. Tienes un espíritu contigo.]
"¿Espíritu…
dices?"
Sentí
que ya había escuchado ese término antes, pero no lo recordaba bien.
[¿Quién
eres tú?]
"…"
[Definitivamente
no eres Shincheol… pero siento su aura en ti.]
Sonreí
con amargura al escuchar a Tang Jaemoon.
Sentí
que entendía lo que era este lugar tras oírla.
Este
lugar también.
Fue
preparado para el Anciano Shin.
La
Luz del Poder me lo mencionó, y Yeon Il-Cheon me lo confirmó.
¿El
Lago del Venenoso del Clan Tang también era un lugar preparado para el Anciano
Shin?
Eso
debía ser, si Tang Jaemoon estaba aquí.
"El
anciano Sh–… No, tuve cierta historia con el Taoísta Shincheol."
[¿Eres
su discípulo?]
¿Discípulo,
eh?
Me
pregunté si estaría bien mentir y decir que era un discípulo del Monte Hua.
"Sí."
Pero
lo sabía.
Si
dudaba aquí, el Anciano Shin me regañaría después.
Se
enojaría si no admitía que me había enseñado algunas cosas.
"Soy
su discípulo."
Por
eso, ya no dudé.
[…]
La
expresión de Tang Jaemoon empeoró un poco tras escucharme.
¿Por
qué ponía esa cara?
[…Entonces
eso significa que Shincheol no resucitó al final.]
"Ah."
Así
que eso la decepcionaba.
Cada
vez que conocía a los héroes del pasado como ella, se sentían decepcionados por
lo mismo.
El
hecho de que el Anciano Shin no hubiera resucitado.
Eso
era lo más importante para ellos.
[Me
gustaría hacerte una pregunta como discípulo suyo.]
"¿Me
crees cuando digo que soy su discípulo?"
La
verdad, me sorprendió que me llamara así sin siquiera dudar.
Al
escuchar mi pregunta, Tang Jaemoon me respondió con un tono curioso.
[¿Acaso
no lo eres?]
"No…
sí lo soy… pero…"
Swish.
Cuando
dudé, Tang Jaemoon apareció frente a mí en un instante y me señaló el pecho con
el dedo.
[Estás
inestable.]
"…"
Jadeé
al oír su comentario repentino.
Además,
sentí una sensación fría pasar por mi cuello.
Recordé
lo que Yeon Il-Cheon me dijo en el pasado, cuando fui a la bóveda secreta de la
Academia del Dragón Celestial.
–Eres
una calamidad.
Eso
fue lo que me dijo en ese entonces, y temía que ella dijera lo mismo.
[Siento
demasiadas presencias misteriosas dentro de ti, y parece que estás teniendo
dificultades con tu inestabilidad.]
"…"
[Sin
embargo.]
El
dedo de Tang Jaemoon se acercó gradualmente y, al final, tocó mi pecho.
Pero
no sentí ningún contacto real.
[Sí,
siento a Shincheol dentro de ti.]
"…!"
[Eso
es suficiente para mí. Eres, sin duda, su discípulo.]
"Pero
es posible que… haya absorbido su espíritu con malas intenciones."
[Te
habría gritado si lo hubieras hecho. Así era Shincheol.]
Tenía
una gran confianza en él.
La
miré a los ojos.
Dentro
de sus hermosas pupilas verdes, pude sentir emociones profundas.
Esas
emociones eran tan claras y profundas, que entendí perfectamente cómo veía Tang
Jaemoon al Anciano Shin.
Y
ese viejo me decía que nunca había salido con nadie.
Se
quejaba de eso en su momento, así que no entendía esta situación.
Juro
que cuando despierte, le voy a hacer todas las preguntas del mundo.
Mientras
pensaba en eso, Tang Jaemoon me llamó otra vez.
[Discípulo
de Shincheol.]
"Sí,
senior."
[…¿Lo
has visto alguna vez?]
"…"
Habló
con un tono cuidadoso por alguna razón.
En
su voz, noté tanto nerviosismo como esperanza.
"Sí
lo he visto."
Tang
Jaemoon abrió un poco más los ojos que antes.
"…Y
aún está conmigo."
[¿Eso
es…?]
Tang
Jaemoon mostró una expresión más brillante del que le había visto hasta ahora,
pero también sentí cierta culpa al ver eso.
¿Aún
no vas a despertar?
Sentí
algo de rencor hacia el Anciano Shin.
Al
menos despertó cuando conocí a Yeon Il-Cheon… ¿Por qué estaba tan callado esta
vez?
Mientras
observaba a Tang Jaemoon, que mostraba una expresión llena de esperanza,
comencé a explicarle mi experiencia con el Anciano Shin, tras soltar un
suspiro.
[…]
Cuando
terminé de explicarle, sólo quedó la decepción en los ojos de Tang Jaemoon.
Había
absorbido al Anciano Shin junto con la energía guardada en un tesoro, y ya
llevaba varios años con él dentro de mi cuerpo.
Parecía
feliz de que el Anciano Shin aún existiera, pero se decepcionó mucho al saber
que no había despertado desde hacía casi un año.
[Así
que por eso… no te sorprendiste al verme.]
"…Sí."
Ya
me hacía una idea de quién sería ella por mis experiencias pasadas.
Lo
más impactante fue descubrir que Tang Jaemoon había sido una mujer todo este
tiempo.
Y
no sólo eso, no esperaba que tuviera una personalidad tan suave.
Tang
Jaemoon seguía mostrando una expresión muy decepcionada.
Pensé
si debería darle algo de tiempo, pero decidí hacerle una pregunta, ya que no tenía
mucho tiempo de sobra.
"El
Puño de Hierro me llamó una calamidad cuando nos conocimos."
Tang
Jaemoon reaccionó al escuchar ese nombre.
[¿Yeon
Il-Cheon?]
Hmm.
No
sé si era mi imaginación, pero parecía que Tang Jaemoon mostró cierta hostilidad
al oír ese nombre.
"Sí,
él me vio y me llamó una calamidad."
Casi
muero después.
Incluso
ahora, me da escalofríos pensar en lo que pasó en ese entonces. Si no fuera por
el Anciano Shin, probablemente estaría muerto.
"¿Usted
piensa lo mismo, senior?"
Tuve
que pensarlo mucho antes de hacer esa pregunta.
Si
Tang Jaemoon pensaba igual que Yeon Il-Cheon y quería matarme por eso, sería un
problema enorme.
Sin
embargo, me arriesgué y pregunté porque confiaba en los sentimientos que ella
tenía hacia el Anciano Shin.
Creía
que me dejaría vivir por ser su discípulo.
Después
de oír mi pregunta, Tang Jaemoon respondió así,
[¿Y
cómo respondió Shincheol a esa pregunta?]
¿Cómo
respondió Shincheol?
¿Qué
fue lo que el Anciano Shin me dijo…? Oh, cierto.
"…Me
dijo que creyera en mí mismo, en lugar de en las palabras de otros."
Eso
fue lo que me dijo claramente.
Que
un artista marcial debía creer en sí mismo.
Tras
escuchar mis palabras, Tang Jaemoon sonrió levemente.
[Eso
esperaba de Shincheol.]
Parecía
satisfecha con la respuesta.
[Sí…
él definitivamente diría algo así.]
"¿Cómo
me ve usted, senior?"
[No
lo sé.]
Le
pregunté qué opinaba de mí, incluso si el Anciano Shin me había dicho eso.
Tras
oír mi pregunta, Tang Jaemoon me miró con una mirada muy fría.
Luego
habló,
[Probablemente
habría dicho lo mismo que Yeon Il-Cheon.]
"…!"
No
pude evitar estremecerme al sentir el aura fría mezclada en su voz.
Claramente
era sólo un espíritu. Me preguntaba cómo era posible que tanto Yeon Il-Cheon
como Tang Jaemoon tuvieran esas auras.
Justo
cuando empecé a buscar posibles rutas de escape, temiendo que pasara algo…
[Sin
embargo…]
Tang
Jaemoon dejó de lado su frialdad y continuó hablando.
[Si
esa fue la respuesta de Shincheol, entonces así será.]
Sentí
alivio al oírla, pero también muchas otras emociones.
Confiaba
completamente en el Anciano Shin.
¿Cuánto
debía amarlo para confiar tanto en él?
"Confía
mucho en él, ¿Verdad?"
[…]
No
hubo respuesta.
Tang
Jaemoon solo seguía mirando fijamente mi pecho.
Parecía
como si estuviera buscando al Anciano Shin dentro de mí.
"¿Senior…?"
Al
oír mi voz, Tang Jaemoon se dio la vuelta y se dirigió hacia la oscuridad de
donde había venido, pero a donde fuera que esa oscuridad se haya ido, ahora
quedaba al descubierto un pequeño podio.
Eso
es…
Vi
una piedra sentada sobre el podio.
Era
una piedra que brillaba levemente con una luz blanca.
Abrí
los ojos con asombro al verla.
Piedra
Demoníaca Blanca.
Era
la Piedra Demoníaca Blanca que provenía de un Demonio Blanco.
La
piedra que estaba buscando… estaba justo ahí.
[Ya
debes saberlo, pero yo soy un espíritu dejado por Tang Jaemoon.]
Mientras
me distraía con la piedra demoníaca blanca, Tang Jaemoon comenzó a hablar
lentamente.
[Este
es uno de los lugares que fue preparado para Shincheol… El remanente de
arrepentimiento y apego que quedó para él. Eso es lo que soy.]
"Arrepentimiento…
y apego."
Me
dio curiosidad una cosa al oírla.
Que
ella fuera el remanente de arrepentimiento y apego era una cosa, pero entendía
que Tang Jaemoon fue quien construyó esta bóveda secreta.
¿Pero
por qué dejó una Piedra Demoníaca Blanca aquí?
Las
personas comunes no tenían uso para las Piedras Demoníacas.
Incluso
si contenían mucha energía, no eran algo que se pudiera consumir como hierbas o
medicinas. Era extraño que se preparara una Piedra Demoníaca Blanca para el
Anciano Shin.
Justo
cuando estaba por preguntarle a Tang Jaemoon al respecto,
[Discípulo
de Shincheol.]
Habló
antes de que pudiera decir algo.
"Sí."
[Debes
pasar por una prueba si quieres la Perla Celestial del Veneno.]
"¿Qué?"
[Esto
también fue preparado para Shincheol… pero si eres su discípulo…]
"E-Espera
un segundo."
[¿Sí?]
Creí
haber escuchado algo extraño de parte de Tang Jaemoon.
"…¿La
Perla Celestial del Veneno?"
Eso
fue lo que dijo claramente. La llamó la Perla Celestial del Veneno.
Tang
Jaemoon inclinó la cabeza al oír mi pregunta.
[Sí.
¿No lo sabías ya?]
Señaló
con el dedo en una dirección. Giré la cabeza hacia allá.
Entonces
pude ver algo.
Había
un plato al lado de la Piedra Demoníaca Blanca, y encima de él había una pila
de esferas pequeñas.
…¿Cómo
no me di cuenta antes?
Espera,
¿Acaso todas esas son…?
¿Las
Perlas Celestiales del Veneno?
Gulp…
No
pude evitar tragar saliva.
¿Qué
es la Perla Celestial del Veneno, te preguntaras?
Bueno,
son los elixires sagrados del Clan Tang, cuya receta se había perdido, y ya no
podían producirse.
Su
efecto era incluso más impresionante que el del elixir más famoso de las
Llanuras Centrales, aquel que provenía de Shaolín…
¿Y
había una pila entera justo ahí…?
No
eran solo una o dos, vi más de diez apiladas.
Tang
Jaemoon me preguntó, como si mi reacción le resultara extraña,
[¿Acaso
no necesitas esos elixires–?]
"No,
los necesito todos. Para eso vine aquí."
[Ya
veo.]
Cuando
respondí sin dudarlo, Tang Jaemoon asintió como si eso fuera lo que esperaba
oír.
Sí,
vine por eso.
Definitivamente
tengo que conseguirlos.
¿Piedra
Demoníaca Blanca? ¿Qué demonios es eso?
¿Eso
se come?
"Tu
prueba… comenzará ahora."
Pondré
mi vida en juego por esas Perlas Celestiales del Veneno.
No
le temía a ninguna prueba que pudiera venirme.
Shaa…
La Serpiente Roja de Agua chilló fuerte sin captar la situación, pero la fulminé con la mirada y la metí de nuevo en mi bolsillo.
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