Arrepentimiento (5)
El
silencio cayó cuando hice contacto visual con el Emperador
Demonio De La Llama Negra.
Sus
inusuales pupilas púrpuras brillaban intensamente, y el Qi demoníaco en el aire
hacía que la atmósfera se sintiera muy pesada.
El
Emperador Demonio De La Llama Negra apartó la mirada de mí y dirigió la vista a
la Espada Demoníaca.
"Vicecapitana."
"…Mhm…"
"Explique."
Este
imbécil habla de forma tan grosera.
Fruncí
el ceño sin querer al verlo, pero logré contenerme apenas.
No
solo tenía cara de idiota, también hablaba como uno.
Quizás
solo yo lo notaba, ya que todos los demás permanecían en silencio.
Fue
breve, pero suficiente para entenderlo. La Espada Demoníaca me miró y respondió
a las palabras del Emperador Demonio De La Llama Negra.
"…Recluta."
"¿Recluta?"
"Mhm…
nuestro nuevo recluta…"
El
Emperador Demonio De La Llama Negra volvió a mirarme.
Sus
pupilas púrpuras mostraban diversión.
Crack.
Ese
bastardo se levantó lentamente de su asiento.
El
Qi demoníaco en el aire comenzó a volverse caótico de nuevo.
…Uh
oh.
Supe
instintivamente lo que iba a pasar.
Solo
había una cosa que ese maldito idiota haría en una situación así.
"¿Recluta,
eh…?"
El
Emperador Demonio De La Llama Negra me miró desde lo alto.
Snap–
Pero
desapareció en un instante.
Me
preparé mientras tensaba mi cuerpo.
Perdí
el rastro de su presencia, pero sabía perfectamente desde dónde aparecería el
bastardo.
Justo
frente a mi nariz.
Tal
como esperaba, el Emperador Demonio De La Llama Negra apareció justo frente a
mí.
"¡Ugh…!"
Entonces
me levantó agarrándome del cuello.
Era
obvio que esto pasaría considerando la personalidad de este hijo de puta.
"¿Quién
te envió?"
"Hgh…"
La
intención asesina en su voz golpeaba mi cuerpo repetidamente.
La
Espada Demoníaca seguía observando como si no le importara.
Ugh…
este maldito bastardo, lo juro…
¿Así
se sentía escupirse en la propia cara?
No
podía evitar maldecirlo cada vez que lo veía.
"Está
claro que eres un Humano Demoníaco… pero tu nivel también es bastante
alto."
Kwak.
"¡Ugh…!"
Su
agarre se volvió más fuerte. Me di cuenta al poco rato.
Este
idiota. Como pensó que yo era un genio talentoso, su orgullo se sintió herido.
"Te
pregunté. ¿Quién te envió aquí?"
Empecé
a sentir calor desde su mano.
Iba
a quemarme si tardaba más en responder.
Mientras
soportaba la presión, apenas logré hablar.
"La
Líder… me envió… aquí…"
"¿Nuestra
Líder?"
Su
agarre se aflojó ligeramente cuando respondí.
Cuando
le dije que el Demonio Celestial me había enviado, me miró ahora con una
expresión curiosa.
Poco
después, el Emperador Demonio De La Llama Negra movió su brazo y me arrojó
contra una pared.
¡Slam–!
¡Craaack–!
"¡Urgh…!"
No
solo rompí un pilar, también fui estrellado contra una pared cuando me lanzó.
Temblaba
por el impacto.
A
pesar de haberme preparado con Qi, ni siquiera pude defenderme.
Cuando
apenas logré mantener la conciencia y entreabrí los ojos, vi al Emperador
Demonio mirándome desde muy cerca.
(N/T:
Su título en sí es Emperador Demonio De La Llama Negra, pero como de aquí en
adelante se repite mucho y para no colocar el nombre largo decidí entrecortarlo,
pero eso sí, cuando haya algunas pautas o trasfondos, le pondré su nombre
completo)
"La
Líder… te envió aquí, ¿Eh…?"
Tap.
Usó
su pie para levantarme el mentón.
"¿Tú?"
Se
sintió bastante humillante.
"…Sí…
nuestra Líder… me dio la orden de unirme al Ejército de la Llama Negra y
trabajar bajo las órdenes del Capitán…"
"Di
tu nombre."
"…"
Tuve
que hacer una pausa después de escuchar la pregunta del Emperador Demonio.
Maldición.
No
había pensado en un nombre.
Un
sudor frío me recorrió el rostro.
¿Qué
le digo?
No
tenía tiempo para pensar. Si dudaba un segundo más, me mataría.
Aunque
fuera verdad que el Demonio Celestial me envió, este loco bastardo me mataría
al instante si le parecía sospechoso.
Este
maldito bastardo estaba demasiado perdido como para valorar una vida.
"Estás
dudan–"
"Es
P…Pal Jeolyub."
Cerré
los ojos con fuerza y solté un nombre al azar.
Tenía
que decir algo.
Pero
mierda… ¿Qué diablos es Pal Jeolyub?
Me
equivoqué un poco por estar apurado.
Originalmente
iba a presentarme como Gu Jeolyub, pero cambié el apellido al darme cuenta de
que no podía usar el 'Gu'.
Así
fue como terminé diciendo Pal Jeolyub.
…Mierda.
Y
fue un error claro.
¿El
hecho de que escogiera ese nombre? No, ese no fue el error.
Fue
la pequeña reacción que mostré en ese instante.
No
solo eso, también mostré expresiones sospechosas y hasta dudé frente a ese
bastardo.
No
pude controlar mi expresión por estar demasiado acostumbrado a la paz en mi
vida normal, así que seguramente eso le pareció sospechoso.
Estaba
seguro porque ese bastardo era yo.
Crack.
Movió
un dedo ligeramente.
A
este ritmo, iba a morir.
Como
el bastardo usaba sus llamas, le hablé al Emperador Demonio.
"Nuestro
líder… me dijo que diera este mensaje por si el Capitán no me creía."
Detenerse.
El
cuerpo del bastardo dejó de moverse.
¿Fue
porque mencioné al Demonio Celestial? No me respondió, pero pude leer su
expresión.
Sus
ojos me decían que continuara.
Tragué
saliva nerviosamente y comencé a hablar.
"…Te
quedan dos promesas… Eso fue lo que me dijeron que te dijera…"
"…"
Rumble–
Maldita
sea.
Una
cantidad absurda de intención asesina comenzó a emanar del cuerpo del Emperador
Demonio tras escuchar mi respuesta.
Para
que soltara tanta intención asesina solo por una frase.
Por
esto no podías vivir con honor, idiota.
Tenía
un temperamento horrible. ¿Lo habrán educado bien en su casa?
Sin
embargo, eso fue todo.
Sabía
que el bastardo no podía atacarme.
El
bastardo entendió que el Demonio Celestial me valoraba tras escuchar lo que
dije.
Solo
el Demonio Celestial y el Emperador Demonio sabían sobre la promesa.
Pero
yo aparecí sabiendo eso también, así que no podía hacer nada aunque sospechara
de mí.
Después
de haber ordenado que el Culto se mantuviera en espera, el Demonio Celestial no
buscó al Emperador Demonio hasta que murió la Espada Demoníaca.
Sin
embargo, el Emperador Demonio tenía muchos motivos para visitar al Demonio
Celestial, así que sabía que eso jugaría a mi favor.
Incluso
si mi respuesta lo enfurecía, no intentaría matarme.
Después
de un momento en silencio haciendo contacto visual con el Emperador Demonio,
Swish.
El
Emperador Demonio fue el primero en apartar la vista de mí.
Uff.
Tal
como lo esperaba.
Su
intención asesina no desapareció, pero logré sobrevivir a esta situación.
Cough.
Al
toser, escupí sangre.
Parece
que sufrí daño interno por el ataque de ese bastardo.
Ese
pedazo de mierda…
¿Cómo
se atrevía a tratar así a otras personas?
Mientras
seguía tosiendo sangre, el Emperador Demonio le habló a la Espada Demoníaca.
"Ven
a mi habitación para el informe, Vicecapitana."
"…Está
bien…"
Después
de escuchar la respuesta de la Espada Demoníaca, el Emperador Demonio salió del
cuartel general.
Me
limpié la sangre del rostro al verlo salir.
Ese
bastardo. Era obvio que salió porque no estaba seguro de poder controlar su
enojo.
Ese
maldito bastardo.
No
había nada que me agradara de él.
Ptoo.
Escupí
sangre y me levanté con mi cuerpo adolorido.
Mis
huesos gritaban de dolor.
Crack.
Justo
cuando estaba por curarme usando el Qi, alguien apareció frente a mí.
Era
un hombre de cabello castaño y pupilas negras inusuales. Me resultaba familiar.
El
Puño Silencioso.
Hwangbo
Seon, el Puño Silencioso.
Pertenecía
al Clan Hwangbo y estaba bajo mis órdenes.
Fue
bastante refrescante verlo.
El
Puño Silencioso me observó tras aparecer de repente.
"Sígueme."
Luego,
comenzó a caminar tras decir esa corta frase.
…
Qué
sensación tan extraña, ser tratado con tanta indiferencia por ese bastardo.
Una
vez que el Emperador Demonio desapareció, los demás en la sala soltaron un
largo suspiro y comenzaron a ponerse de pie.
Pensé
en qué debía hacer, pero decidí seguir al Puño Silencioso, ya que no tenía
muchas opciones.
No
lo sabía en ese momento.
Pero
la Espada Demoníaca me estuvo observando fijamente mientras salía del cuartel.
******************
El
Puño Silencioso me llevó a un lugar con varias casas de huéspedes, y me
resultaba familiar.
Era
obvio, ya que era donde residía el Ejército de la Llama Negra.
…
Ejército
de la Llama Negra… qué nombre tan patético.
Por
un momento pensé que me había acostumbrado al nombre, pero eso era imposible.
Solo
pensar en él me daba náuseas.
Entré
en la habitación, me quité el polvo de la ropa y me cambié a un nuevo conjunto.
Parecía
que esa sería la habitación donde me quedaría. Había algunos más en la
habitación además de mí,
…Pero
eso no importaba. Esos bastardos seguramente estarían afuera la mayor parte del
tiempo de todas formas.
Shaa…
La
Serpiente de Agua Roja me saludó mientras me cambiaba.
Sonreí
con burla al ver al pequeño bastardo. Era gracioso cómo la serpiente asomó la
cabeza justo después de que todos los demás se fueran.
Debió
haberse sentido incómoda adentro.
La
Serpiente de Agua Roja cayó a este mundo conmigo. Me di cuenta de eso cuando la
Espada Demoníaca desapareció por un momento.
Hasta
ahora, la Serpiente de Agua Roja había ocultado por completo su presencia,
escondiéndose dentro de mi bolsillo.
¿Debería
alegrarme de que viniera conmigo?
No
me parecía algo malo, aunque fuera algo molesto.
Después
de todo, este bastardo me salvó la vida una vez.
Ahora
que lo pienso…
En
este mundo deberían estar apareciendo constantemente Demonios Rojos.
Pero
probablemente no tenga importancia aunque recolecte Piedras Demoníacas de
ellos, ¿Verdad?
Si
este mundo era falso, como sospechaba, probablemente no significaba nada.
Pero
por si acaso, intentaré conseguir una más adelante.
Aunque
no estaba seguro de tener tanto tiempo para hacerlo.
Dudo
que me queden más de unos pocos meses.
No
sabía el tiempo exacto, pero asumía que no quedaba mucho.
Ese
bastardo ya debía haber comenzado.
En
ese entonces yo tenía problemas de confianza, así que era probable que el
Emperador Demonio estuviera buscando información para descubrir quién era yo,
ese que apareció repentinamente usando el nombre del Demonio Celestial.
Ugh,
ese maldito bastardo… ¿No podía simplemente dejarme pasar?
Obviamente
no…
Ya
conocía la respuesta.
Ese
bastardo nunca dejaría pasar algo así.
Sigh…
Sin
embargo, había una cosa de la que podía alegrarme.
El
bastardo no se dio cuenta de mi verdadera identidad.
Para
ser más específico, no notó el Arte de la Llama Destructiva dentro de mí.
Eso
era significativo.
Que
descubriera eso era lo que más me preocupaba, ya que sabía lo que pasaría.
–Soy
tú.
–Vine
aquí por esto y aquello, así que espero que me ayudes.
¿Qué
pasaría si le dijera eso?
¿Para
qué me hago esa pregunta? Obviamente me mataría.
Era
evidente que ese bastardo me rompería el cuello en el acto.
No
me creería sin importar cuántas pruebas le diera.
Probablemente
me quemaría vivo pensando que estaba usando algún truco.
Ni
siquiera yo sé cómo reaccionaría ese bastardo.
El
Emperador Demonio podía haber sido yo, pero incluso yo pensaba que estaba hecho
un desastre en ese momento.
No
podía confiar en nadie.
Por
eso tenía que ocultarlo por ahora.
…Haré
lo posible por no usar mis llamas.
Era
muy difícil ocultar las Artes de la Llama.
Llamaban
tanto la atención que incluso me gané un apodo ridículo en mi vida actual.
Me
volví a enojar al pensar en eso.
Reprimí
mi ira y pensé en mis planes a futuro.
Ocultaré
mi poder… pero ¿Qué debería hacer ahora?
Pensé
en qué debería hacer, pero no se me ocurría ningún plan.
¿Qué
quería este mundo de mí?
¿Cómo
podía terminar esta prueba?
Intenté
pensar en una manera,
Tsk.
Pero
no logré encontrar ninguna respuesta.
Pero
claro, de todo lo que había, tenía que terminar en este infierno…
¿A
quién puedo culpar? Obviamente a nadie, es mi culpa por haberme obsesionado con
esas Perlas Celestiales del Veneno.
Debí
haberlo previsto, considerando lo increíbles que eran las recompensas. Si
hubiera sabido que algo así iba a pasar, no habría ido tras esas Perlas
Celestiales del Veneno.
Sigh…
Mientras
soltaba un profundo suspiro con una expresión de lástima,
¿Hmm?
Empecé
a sentir una presencia misteriosa desde lejos.
Cuando
giré la cabeza en dirección a esa presencia para ver qué era,
¡Slam–!
La
puerta se abrió de golpe.
¿Qué
demonios…?
Alguien
entró al edificio poco después.
"¡Recién
llegado!"
¿Qué
diablos–?
Me
concentré tras escuchar una voz áspera, y no era solo una persona.
Al
frente estaba el Humano Demoníaco que actuaba como guardia antes, y detrás de
él había unos cuantos más.
Cada
uno de esos bastardos tenía una expresión de diversión y regocijo.
Sus
sonrisas me irritaban por alguna razón.
Después
de asegurarse de que ya me había cambiado de ropa, el bastardo me habló con una
risita.
"Nuestro
recién llegado, quizá no lo sepas porque es tu primera vez aquí, pero tenemos
un ritual de bienvenida bastante importante para los nuevos."
"Oh."
Me
vino a la mente tras escuchar las palabras del guardia.
Había
un ritual de bienvenida que todos los artistas marciales de este ejército
debían pasar, el cual consistía en recibir una paliza con un garrote varias veces
para evaluar su fuerza.
Esto
se hacía para medir quién estaba por encima de quién.
Por
la situación, parecía que eso era lo que los bastardos venían a hacer conmigo.
"Haha."
Accidentalmente
solté una risa irónica por la situación.
¿Les
molestó mi risa? El rostro del guardia se torció.
"¿Te
estás riendo, bastardo? Parece que no sabes en qué terminarás."
"Claro
que me estoy riendo, bastardo. ¿No te parece gracioso esto?"
"¿Qué?
¿Cómo te atreves, mocoso–?"
"Di
tu nombre."
Interrumpí
al guardia y le pregunté su nombre.
En
respuesta, los Humanos Demoníacos, incluido el guardia, mostraron expresiones
molestas.
"Soy
Seok Do-ah. Asegúrate de recordar ese nombre."
¿Seok
Do-ah? Fruncí el ceño al escuchar el nombre del bastardo.
"Nunca
he oído ese nombre en mi vida. No es que lo haya olvidado, es que jamás lo
escuché."
"¿Qué
demonios estás diciendo ahora, bastar–?"
"Cielos,
qué mundo tan jodido es este, donde incluso un bastardo como tú se atreve a
verme por encima del hombro."
No
pude evitar suspirar ante eso.
Estaba
recibiendo ese trato de un bastardo sin nombre como él.
Lo
miré con enojo.
"¿Ritual
de bienvenida, eh? Bien, este maldito ritual."
Liberé
Qi de Combate mientras daba un paso más.
Llené
mi corazón con Qi Demoníaco. Mis pupilas se calentaron al instante.
Los
Demonios frente a mí se estremecieron al ver mi apariencia.
Al
ver sus reacciones, hablé con una sonrisa.
"Hagamos
ese ritual del que tanto hablas."
En
realidad, fue algo bueno que esto sucediera.
Necesitaba algo en lo que pudiera desahogar mi ira ahora mismo.
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