Diez Mil (4)
Había
una vez una chica sin nombre.
No,
le habían dado algunos nombres, pero realmente no le importaban.
De
todos modos, todo desaparecería con el tiempo.
Sería
un problema si se encariñaba con su nombre.
Recordar
su pasado la molestaba cada vez que lo repetía.
La
chica tenía que revivir la vida una y otra vez.
Esa
era la tarea que se le había asignado, vivir hasta alcanzar el objetivo
deseado.
¿Cuántas
veces habían sido?
Habían
sido tantas que ya era imposible contarlas.
Después
de todo, probablemente ya habían pasado más de mil veces desde la primera vez.
El
número ya no importaba.
Sí,
llamémosle Diez Mil para facilitarlo.
Probablemente
eran muchas más que eso, pero la chica decidió decir que eran Diez Mil.
Vivió
muchas vidas.
A
estas alturas, ya había olvidado por qué tenía que repetir ese ciclo.
Después
de repetir las mismas cosas una y otra vez, llegó a este punto.
La
chica trató de recordar.
Tenía
que recordar el tiempo en que solía tener un nombre, y quería registrar los
momentos de su vida en los que pudo sonreír.
Eso
era lo último que la mantenía en pie.
–
■■
Trató
de recordar el nombre con el que la llamaban.
Era
un nombre que no volvería a escuchar jamás.
Después
de todo, todo sería como si nada hubiera pasado si regresaba al inicio.
Los
recuerdos que eran importantes para ella se convirtieron en imaginación.
La
mujer había hecho muchas cosas en su vida.
Una
vez se convirtió en la Dueña de la Asociación de Comerciantes número uno en las
Llanuras Centrales.
La
otra vez, se convirtió en la Líder de la Región más grande del mundo.
Hubo
una vez en que se convirtió en la Líder de la Alianza Murim, y en un Señor de
clan.
Vivió
muchas vidas y experimentó muchas cosas, pero siempre tuvo el mismo final.
Un
mundo que se desmoronaba, o un mundo que ella misma destruía.
El
mundo se destruía, y todo caía en la desesperación.
No
importaba qué tipo de vida viviera, el final de su historia era el mismo.
Nada
cambiaba.
Intentó
muchas cosas para cambiarlo, pero siempre era el mismo resultado.
¿Cuál
era el sentido de vivir este ciclo repetitivo del infierno?
¿Existía
siquiera una mejor solución?
¿Por
qué le pasaba algo así a ella?
Siempre
tenía estos pensamientos mientras vivía una vida muy larga.
Aunque,
claro, incluso esos pensamientos se fueron desdibujando con el tiempo, pero eso
no le impedía seguir pensándolos.
Ella
continuaba viviendo.
Por
eso, despreciaba a su otra mitad, que se veía idéntica a ella, y también la
envidiaba.
La
envidiaba mucho por poder mantener las mismas creencias cada vez, porque podía
vivir su vida sin saber la verdad.
La
chica pensó en los pocos cientos de vidas que vivió en las que trató de ser una
buena persona.
Hubo
una vez en que trató de salvar el mundo.
Esa
era su creencia, y solía creer que esa era su tarea.
Era
irónico.
Incluso
esa determinación se pudrió y se desgastó con el paso del tiempo.
Esa
fue su experiencia.
Lo
que le quedaba no era su creencia ni su deseo de entender su tarea.
Todas
esas cosas ya se habían oxidado hace mucho.
Lo
único que le quedaba eran los pocos recuerdos de su pasado que recordaba
vagamente.
–No
me gusta mucho la comida picante. No es tan sabrosa.
Él
hablaba con una voz grosera a pesar de que ella trataba de ser amable con él.
–Está
haciendo frío, ¿Verdad?
Él
mostraba su torpeza al intentar tomar su mano.
–…Me
iré primero, lo siento.
Incluso
sacrificó su propia vida para salvarla.
Todavía
recordaba claramente ese pasado, y por eso seguía viviendo.
Renunció
a muchas cosas a medida que pasaba el tiempo.
Sentía
que su corazón se rompía cada vez que perdía un recuerdo importante para ella,
pero tenía que continuar.
Solo
así ellos podrían seguir viviendo.
¿La
chica? No.
La
chica nunca valoró su vida en primer lugar.
Todo
lo que tenía que hacer era empezar de nuevo si moría.
Al
principio fue algo ligero, y eventualmente soltó sus recuerdos importantes.
Dejó
ir el nombre con el que la llamaban, la mano que le tendieron con amabilidad, y
ya no se acercaba a ellos primero.
Mientras
aún contaba cuántas vidas había vivido, se dio cuenta.
Quería
protegerlos estando cerca de ellos, pero no podía.
Aguantó
y aguantó.
Sintió
que su corazón se rompía muchas veces.
Ese
dolor nunca desapareció.
Sin
embargo, tenía que resistir.
Solo
ellos podían vivir.
No
yo, sino 'él'.
En
los interminables ciclos del fin del mundo, solo había una cosa que la chica
deseaba.
Más
que vivir una vida con esperanza, quería que él viviera en un mundo sin un
final predeterminado.
Creencias
y poder.
Ninguna
de esas cosas le importaban, ya que se habían oxidado con el tiempo.
Él
se volvió más importante que cualquier cosa.
Por
eso, renunció a estar a su lado.
A
diferencia de su personalidad, él era capaz de arrojar su vida para salvar a
otros con facilidad, y de hecho murió muchas veces intentando salvarla.
Irónicamente,
él vivía más tiempo cada vez que ella no estaba cerca.
Vivió
hasta el punto en que el mundo comenzaba a desmoronarse y pudrirse.
Intentó
negar esta realidad durante algunas vidas, pero tuvo que aceptarlo después de
un tiempo.
Él
solo podía sobrevivir si ella no estaba cerca.
Estaba
segura de ello, pero su patético apego y obsesión hacían difícil que pudiera
renunciar a él.
Solo
mírala ahora.
No
pudo resistirse a estar cerca de él.
Aunque
se sentía satisfecha por haber derrotado a su otra mitad, no podía deshacerse
de los celos que sentía hacia ella.
Sabía
que tenía que dejarlo todo atrás, pero había cosas que simplemente no podía
soltar.
Por
eso, esto la sorprendió mucho.
"Alguien
me dijo esto."
Fue
alguien a quien al principio ella detestaba.
"La
que me envió de regreso al pasado."
Después
se hizo amiga de él.
Después
de más tiempo, él le dio un nombre.
"Escuché
que fuiste tú, ¿Es eso cierto?"
Por
él, terminó entregando todo, incluso las cosas que desesperadamente quería
conservar.
******************
El
Demonio Celestial mostraba claramente una expresión de asombro.
Nunca
la había visto abrir tanto los ojos.
No
pensé que sus fríos ojos, llenos de orgullo, pudieran mostrar una mirada así.
Casi
la hacía parecerse a Wi Seol-Ah de mi mundo.
¿Qué
estoy diciendo?
Inmediatamente
borré ese pensamiento de mi mente.
Era
porque tenían rostros idénticos.
Pero,
por supuesto, esta criatura horrenda no era como la chica tonta que conocía.
¿Fue
un pensamiento que tuve solo porque sus rostros se parecen?
Eso
ya era un problema en sí mismo.
Si
comparaba los rostros de la Espada Celestial y el Demonio Celestial, eran
prácticamente la misma persona, excepto por el color del cabello y los ojos.
¿Cómo
era eso posible?
Al
mismo tiempo,
Mi
brazo izquierdo estaba descontrolado.
Sentía
una hostilidad densa proveniente de mi brazo izquierdo.
Exactamente
la misma sensación que sentí cuando conocí al Demonio de Sangre.
¿Por
qué sentía la misma emoción hacia el Demonio Celestial?
¿Y
por qué no la sentía hacia Wi Seol-Ah?
¿Qué
era esto?
¿Qué
eran esas dos?
Al
menos… parecía que el Demonio Celestial estaba relacionada con el Demonio de
Sangre.
Eso
significaría que Wi Seol-Ah también estaba relacionada con el Demonio de
Sangre, ya que ella estaba relacionada con el Demonio Celestial.
¿El
Demonio de Sangre y Wi Seol-Ah?
¿Pero
cómo?
La
historia se volvía demasiado complicada si ese fuera el caso.
Tendría
que pensar en cómo el Emperador de la Espada logró criar a Wi Seol-Ah como su
nieta, así que ahora no era el momento para eso.
Por
ahora,
Lo
importante era el Demonio Celestial que tenía enfrente.
No
podía darme el lujo de pensar en otra cosa con ella aquí.
No
había idiotas que se atrevieran a hacer algo así frente a ella.
Además,
el Demonio Celestial estaba congelada por el asombro, lo cual era
extremadamente raro de ver.
…¿Podría
ganar si la ataco por sorpresa ahora mismo?
Ese
pensamiento cruzó por mi mente, pero sabía que no había ninguna posibilidad.
Después
de todo, ya había visto lo que le pasó a la Espada Celestial cuando intentó
luchar contra ella.
Bueno,
no realmente, ya que eran demasiado rápidas para mis ojos.
Aún
me queda un largo camino por recorrer.
Una
vez más, pude darme cuenta de la altura de la montaña que debía alcanzar.
Estar
en el Reino Fusión no me iba a llevar a ningún lado.
Ya
era consciente de eso, pero no me sentí mejor al recordarlo de nuevo.
"…Hmm."
El
Demonio Celestial llevó su mano al mentón después de salir de su trance.
Parecía
estar sumida en sus pensamientos.
Luego,
poco después…
¡Ddddd–!
Aflojó
el agarre que sostenía la grieta.
¡Craaack–!
Cuando
soltó la puerta que estaba forzando a cerrarse, esta liberó su fuerza y empezó
a abrirse de nuevo.
Y
justo después…
¡Swoosh–!
"…!"
Sentí
que mi cuerpo era jalado hacia la puerta.
Justo
cuando estaba por cargar mi Qi en estado de shock,
"Ya
veo. Al final, no hay otra solución más que una."
El
Demonio Celestial murmuró mientras me miraba.
"Ya
me aburrí."
Por
alguna razón, los ojos del Demonio Celestial parecían contener un poco de luz
ahora.
"¿Qué
estás diciendo de repente–?"
"Podrás
regresar a tu mundo si entras por esta puerta."
"…¿Qué?"
Me
quedé mirando la grieta tras escucharla.
¿Esa
era la puerta para regresar a mi mundo todo este tiempo?
¿Por
qué apareció de repente?
Me
quedé sin palabras.
No
era como si hubiera hecho algo para invocar eso.
¿Cómo
se relaciona esto con el arrepentimiento?
Esto
no tenía nada que ver con lo que Tang Jaemoon me dijo.
El
Demonio Celestial habló mientras señalaba la puerta abierta.
"…Todavía
no obtuve una respuesta a mi pregunta."
El
Demonio Celestial sonrió tras oírme hablar apenas.
"Ni
siquiera esperabas una respuesta desde el principio."
"…"
"¿Realmente
pensaste que no lo notaría?"
Tragué
saliva nerviosamente al escucharla. Pensé que había funcionado, pero descubrió
mi intención desde el principio.
En
resumen, hubiera sido bueno escuchar una respuesta de ella, pero ese no era mi
objetivo principal con esta conversación.
Solo
intentaba ganar tiempo distrayéndola.
Sin
embargo…
¿Esa
respuesta…?
¿Podía
tomarla como una confirmación de que fue ella quien me trajo de vuelta al
pasado?
"…¿Por
qué?"
Reaccioné
por curiosidad sin darme cuenta.
¿Por
qué?
¿Con
qué propósito y cómo logró llevarme de vuelta al pasado?
"¿Por
qué harías…?"
"No
lo sé. No soy la que conoces, ya que no vengo de tu mundo."
"No
mientas. Seguramente sabes–"
"¿Mentir?"
El
Demonio Celestial frunció el ceño tras oír mis palabras.
Al
mismo tiempo, una cantidad increíble de fuerza estalló desde ella.
"No
te atrevas a juzgarme cuando no sabes nada de mí. Qué desagradable."
"…"
Parecía
que la había molestado, ya que habló con un tono escalofriante.
Solo
creó una ráfaga de viento con su Qi, pero se sentía como si el espacio se
estuviera distorsionando.
No
podía decir nada porque no podía respirar bajo esa presión.
"Tú
no perteneces a este mundo, así que desaparece."
"…Espera…
yo…"
"Lograste
el resultado que este mundo quería. Esta puerta es la prueba de ello."
Puede
que el Demonio Celestial dijera que lo logré, pero yo no hice nada.
No
importa qué decisión tome, nada cambiará.
Eso
fue lo que Tang Jaemoon me dijo.
Sin
embargo, ni siquiera llegué a tomar decisiones en este mundo.
¿Leyó
mi expresión? El Demonio Celestial me habló con la misma mirada fría.
"Pareces
estar equivocado."
"…¿Qué?"
"No
importa lo que intentaras hacer en este mundo, nada habría cambiado."
"¿Qué
quieres dec–?"
–¿Tienes
miedo de que la Espada Demoníaca muera por protegerte? ¿Quieres salvarla con
tanta desesperación?
"…!"
–¿O
quizás estás preocupado de que los que dejas atrás salgan heridos?
Mi
cuerpo se congeló como una roca al escuchar al Demonio Celestial hablar con ese
tono despreocupado.
¿Cómo
sabía todo eso?
Dejando
mi sorpresa de lado, el Demonio Celestial continuó hablando.
"No
sabía qué soñabas con lograr, pero parece que quien te envió a este mundo no
era consciente de algo."
"…Tú…"
"Siempre
que yo exista, no podrás cambiar nada."
"Tú…
¿Qué eres realmente?"
¿Cómo
sabía incluso eso?
"Qué
pregunta tan tonta. Ya sabes lo que soy, ¿No?"
El
Demonio Celestial me sonrió.
"Soy
el Demonio Celestial. No tengo otro nombre. Y aunque lo tuviera,"
El
Demonio Celestial acarició mi mejilla con su fría mano mientras hablaba.
Sentí
que hizo algo, porque no podía escapar de su toque; mi cuerpo estaba congelado
como una roca.
Mi
brazo temblaba.
Mi
brazo izquierdo temblaba violentamente, como si despreciara que la mano del
Demonio Celestial me tocara.
Después
de echarle un vistazo a mi brazo, el Demonio Celestial me habló con una
sonrisa.
"Ya
lo olvidé."
Y
al mismo tiempo que terminó su frase, la Puerta de Demonios se abrió de golpe.
"Tú
también deberías hacerlo."
Y así, la Puerta de Demonios me tragó por completo.
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