Capítulo 473: Diez Mil (4)

Diez Mil (4)

 

Había una vez una chica sin nombre.

 

No, le habían dado algunos nombres, pero realmente no le importaban.

 

De todos modos, todo desaparecería con el tiempo.

 

Sería un problema si se encariñaba con su nombre.

 

Recordar su pasado la molestaba cada vez que lo repetía.

 

La chica tenía que revivir la vida una y otra vez.

 

Esa era la tarea que se le había asignado, vivir hasta alcanzar el objetivo deseado.

 

¿Cuántas veces habían sido?

 

Habían sido tantas que ya era imposible contarlas.

 

Después de todo, probablemente ya habían pasado más de mil veces desde la primera vez.

 

El número ya no importaba.

 

Sí, llamémosle Diez Mil para facilitarlo.

 

Probablemente eran muchas más que eso, pero la chica decidió decir que eran Diez Mil.

 

Vivió muchas vidas.

 

A estas alturas, ya había olvidado por qué tenía que repetir ese ciclo.

 

Después de repetir las mismas cosas una y otra vez, llegó a este punto.

 

La chica trató de recordar.

 

Tenía que recordar el tiempo en que solía tener un nombre, y quería registrar los momentos de su vida en los que pudo sonreír.

 

Eso era lo último que la mantenía en pie.

 

– ■■

 

Trató de recordar el nombre con el que la llamaban.

 

Era un nombre que no volvería a escuchar jamás.

 

Después de todo, todo sería como si nada hubiera pasado si regresaba al inicio.

 

Los recuerdos que eran importantes para ella se convirtieron en imaginación.

 

La mujer había hecho muchas cosas en su vida.

 

Una vez se convirtió en la Dueña de la Asociación de Comerciantes número uno en las Llanuras Centrales.

 

La otra vez, se convirtió en la Líder de la Región más grande del mundo.

 

Hubo una vez en que se convirtió en la Líder de la Alianza Murim, y en un Señor de clan.

 

Vivió muchas vidas y experimentó muchas cosas, pero siempre tuvo el mismo final.

 

Un mundo que se desmoronaba, o un mundo que ella misma destruía.

 

El mundo se destruía, y todo caía en la desesperación.

 

No importaba qué tipo de vida viviera, el final de su historia era el mismo.

 

Nada cambiaba.

 

Intentó muchas cosas para cambiarlo, pero siempre era el mismo resultado.

 

¿Cuál era el sentido de vivir este ciclo repetitivo del infierno?

 

¿Existía siquiera una mejor solución?

 

¿Por qué le pasaba algo así a ella?

 

Siempre tenía estos pensamientos mientras vivía una vida muy larga.

 

Aunque, claro, incluso esos pensamientos se fueron desdibujando con el tiempo, pero eso no le impedía seguir pensándolos.

 

Ella continuaba viviendo.

 

Por eso, despreciaba a su otra mitad, que se veía idéntica a ella, y también la envidiaba.

 

La envidiaba mucho por poder mantener las mismas creencias cada vez, porque podía vivir su vida sin saber la verdad.

 

La chica pensó en los pocos cientos de vidas que vivió en las que trató de ser una buena persona.

 

Hubo una vez en que trató de salvar el mundo.

 

Esa era su creencia, y solía creer que esa era su tarea.

 

Era irónico.

 

Incluso esa determinación se pudrió y se desgastó con el paso del tiempo.

 

Esa fue su experiencia.

 

Lo que le quedaba no era su creencia ni su deseo de entender su tarea.

 

Todas esas cosas ya se habían oxidado hace mucho.

 

Lo único que le quedaba eran los pocos recuerdos de su pasado que recordaba vagamente.

 

–No me gusta mucho la comida picante. No es tan sabrosa.

 

Él hablaba con una voz grosera a pesar de que ella trataba de ser amable con él.

 

–Está haciendo frío, ¿Verdad?

 

Él mostraba su torpeza al intentar tomar su mano.

 

–…Me iré primero, lo siento.

 

Incluso sacrificó su propia vida para salvarla.

 

Todavía recordaba claramente ese pasado, y por eso seguía viviendo.

 

Renunció a muchas cosas a medida que pasaba el tiempo.

 

Sentía que su corazón se rompía cada vez que perdía un recuerdo importante para ella, pero tenía que continuar.

 

Solo así ellos podrían seguir viviendo.

 

¿La chica? No.

 

La chica nunca valoró su vida en primer lugar.

 

Todo lo que tenía que hacer era empezar de nuevo si moría.

 

Al principio fue algo ligero, y eventualmente soltó sus recuerdos importantes.

 

Dejó ir el nombre con el que la llamaban, la mano que le tendieron con amabilidad, y ya no se acercaba a ellos primero.

 

Mientras aún contaba cuántas vidas había vivido, se dio cuenta.

 

Quería protegerlos estando cerca de ellos, pero no podía.

 

Aguantó y aguantó.

 

Sintió que su corazón se rompía muchas veces.

 

Ese dolor nunca desapareció.

 

Sin embargo, tenía que resistir.

 

Solo ellos podían vivir.

 

No yo, sino 'él'.

 

En los interminables ciclos del fin del mundo, solo había una cosa que la chica deseaba.

 

Más que vivir una vida con esperanza, quería que él viviera en un mundo sin un final predeterminado.

 

Creencias y poder.

 

Ninguna de esas cosas le importaban, ya que se habían oxidado con el tiempo.

 

Él se volvió más importante que cualquier cosa.

 

Por eso, renunció a estar a su lado.

 

A diferencia de su personalidad, él era capaz de arrojar su vida para salvar a otros con facilidad, y de hecho murió muchas veces intentando salvarla.

 

Irónicamente, él vivía más tiempo cada vez que ella no estaba cerca.

 

Vivió hasta el punto en que el mundo comenzaba a desmoronarse y pudrirse.

 

Intentó negar esta realidad durante algunas vidas, pero tuvo que aceptarlo después de un tiempo.

 

Él solo podía sobrevivir si ella no estaba cerca.

 

Estaba segura de ello, pero su patético apego y obsesión hacían difícil que pudiera renunciar a él.

 

Solo mírala ahora.

 

No pudo resistirse a estar cerca de él.

 

Aunque se sentía satisfecha por haber derrotado a su otra mitad, no podía deshacerse de los celos que sentía hacia ella.

 

Sabía que tenía que dejarlo todo atrás, pero había cosas que simplemente no podía soltar.

 

Por eso, esto la sorprendió mucho.

 

"Alguien me dijo esto."

 

Fue alguien a quien al principio ella detestaba.

 

"La que me envió de regreso al pasado."

 

Después se hizo amiga de él.

 

Después de más tiempo, él le dio un nombre.

 

"Escuché que fuiste tú, ¿Es eso cierto?"

 

Por él, terminó entregando todo, incluso las cosas que desesperadamente quería conservar.

 

******************

 

El Demonio Celestial mostraba claramente una expresión de asombro.

 

Nunca la había visto abrir tanto los ojos.

 

No pensé que sus fríos ojos, llenos de orgullo, pudieran mostrar una mirada así.

 

Casi la hacía parecerse a Wi Seol-Ah de mi mundo.

 

¿Qué estoy diciendo?

 

Inmediatamente borré ese pensamiento de mi mente.

 

Era porque tenían rostros idénticos.

 

Pero, por supuesto, esta criatura horrenda no era como la chica tonta que conocía.

 

¿Fue un pensamiento que tuve solo porque sus rostros se parecen?

 

Eso ya era un problema en sí mismo.

 

Si comparaba los rostros de la Espada Celestial y el Demonio Celestial, eran prácticamente la misma persona, excepto por el color del cabello y los ojos.

 

¿Cómo era eso posible?

 

Al mismo tiempo,

 

Mi brazo izquierdo estaba descontrolado.

 

Sentía una hostilidad densa proveniente de mi brazo izquierdo.

 

Exactamente la misma sensación que sentí cuando conocí al Demonio de Sangre.

 

¿Por qué sentía la misma emoción hacia el Demonio Celestial?

 

¿Y por qué no la sentía hacia Wi Seol-Ah?

 

¿Qué era esto?

 

¿Qué eran esas dos?

 

Al menos… parecía que el Demonio Celestial estaba relacionada con el Demonio de Sangre.

 

Eso significaría que Wi Seol-Ah también estaba relacionada con el Demonio de Sangre, ya que ella estaba relacionada con el Demonio Celestial.

 

¿El Demonio de Sangre y Wi Seol-Ah?

 

¿Pero cómo?

 

La historia se volvía demasiado complicada si ese fuera el caso.

 

Tendría que pensar en cómo el Emperador de la Espada logró criar a Wi Seol-Ah como su nieta, así que ahora no era el momento para eso.

 

Por ahora,

 

Lo importante era el Demonio Celestial que tenía enfrente.

 

No podía darme el lujo de pensar en otra cosa con ella aquí.

 

No había idiotas que se atrevieran a hacer algo así frente a ella.

 

Además, el Demonio Celestial estaba congelada por el asombro, lo cual era extremadamente raro de ver.

 

…¿Podría ganar si la ataco por sorpresa ahora mismo?

 

Ese pensamiento cruzó por mi mente, pero sabía que no había ninguna posibilidad.

 

Después de todo, ya había visto lo que le pasó a la Espada Celestial cuando intentó luchar contra ella.

 

Bueno, no realmente, ya que eran demasiado rápidas para mis ojos.

 

Aún me queda un largo camino por recorrer.

 

Una vez más, pude darme cuenta de la altura de la montaña que debía alcanzar.

 

Estar en el Reino Fusión no me iba a llevar a ningún lado.

 

Ya era consciente de eso, pero no me sentí mejor al recordarlo de nuevo.

 

"…Hmm."

 

El Demonio Celestial llevó su mano al mentón después de salir de su trance.

 

Parecía estar sumida en sus pensamientos.

 

Luego, poco después…

 

¡Ddddd–!

 

Aflojó el agarre que sostenía la grieta.

 

¡Craaack–!

 

Cuando soltó la puerta que estaba forzando a cerrarse, esta liberó su fuerza y empezó a abrirse de nuevo.

 

Y justo después…

 

¡Swoosh–!

 

"…!"

 

Sentí que mi cuerpo era jalado hacia la puerta.

 

Justo cuando estaba por cargar mi Qi en estado de shock,

 

"Ya veo. Al final, no hay otra solución más que una."

 

El Demonio Celestial murmuró mientras me miraba.

 

"Ya me aburrí."

 

Por alguna razón, los ojos del Demonio Celestial parecían contener un poco de luz ahora.

 

"¿Qué estás diciendo de repente–?"

 

"Podrás regresar a tu mundo si entras por esta puerta."

 

"…¿Qué?"

 

Me quedé mirando la grieta tras escucharla.

 

¿Esa era la puerta para regresar a mi mundo todo este tiempo?

 

¿Por qué apareció de repente?

 

Me quedé sin palabras.

 

No era como si hubiera hecho algo para invocar eso.

 

¿Cómo se relaciona esto con el arrepentimiento?

 

Esto no tenía nada que ver con lo que Tang Jaemoon me dijo.

 

El Demonio Celestial habló mientras señalaba la puerta abierta.

 

"…Todavía no obtuve una respuesta a mi pregunta."

 

El Demonio Celestial sonrió tras oírme hablar apenas.

 

"Ni siquiera esperabas una respuesta desde el principio."

 

"…"

 

"¿Realmente pensaste que no lo notaría?"

 

Tragué saliva nerviosamente al escucharla. Pensé que había funcionado, pero descubrió mi intención desde el principio.

 

En resumen, hubiera sido bueno escuchar una respuesta de ella, pero ese no era mi objetivo principal con esta conversación.

 

Solo intentaba ganar tiempo distrayéndola.

 

Sin embargo…

 

¿Esa respuesta…?

 

¿Podía tomarla como una confirmación de que fue ella quien me trajo de vuelta al pasado?

 

"…¿Por qué?"

 

Reaccioné por curiosidad sin darme cuenta.

 

¿Por qué?

 

¿Con qué propósito y cómo logró llevarme de vuelta al pasado?

 

"¿Por qué harías…?"

 

"No lo sé. No soy la que conoces, ya que no vengo de tu mundo."

 

"No mientas. Seguramente sabes–"

 

"¿Mentir?"

 

El Demonio Celestial frunció el ceño tras oír mis palabras.

 

Al mismo tiempo, una cantidad increíble de fuerza estalló desde ella.

 

"No te atrevas a juzgarme cuando no sabes nada de mí. Qué desagradable."

 

"…"

 

Parecía que la había molestado, ya que habló con un tono escalofriante.

 

Solo creó una ráfaga de viento con su Qi, pero se sentía como si el espacio se estuviera distorsionando.

 

No podía decir nada porque no podía respirar bajo esa presión.

 

"Tú no perteneces a este mundo, así que desaparece."

 

"…Espera… yo…"

 

"Lograste el resultado que este mundo quería. Esta puerta es la prueba de ello."

 

Puede que el Demonio Celestial dijera que lo logré, pero yo no hice nada.

 

No importa qué decisión tome, nada cambiará.

 

Eso fue lo que Tang Jaemoon me dijo.

 

Sin embargo, ni siquiera llegué a tomar decisiones en este mundo.

 

¿Leyó mi expresión? El Demonio Celestial me habló con la misma mirada fría.

 

"Pareces estar equivocado."

 

"…¿Qué?"

 

"No importa lo que intentaras hacer en este mundo, nada habría cambiado."

 

"¿Qué quieres dec–?"

 

–¿Tienes miedo de que la Espada Demoníaca muera por protegerte? ¿Quieres salvarla con tanta desesperación?

 

"…!"

 

–¿O quizás estás preocupado de que los que dejas atrás salgan heridos?

 

Mi cuerpo se congeló como una roca al escuchar al Demonio Celestial hablar con ese tono despreocupado.

 

¿Cómo sabía todo eso?

 

Dejando mi sorpresa de lado, el Demonio Celestial continuó hablando.

 

"No sabía qué soñabas con lograr, pero parece que quien te envió a este mundo no era consciente de algo."

 

"…Tú…"

 

"Siempre que yo exista, no podrás cambiar nada."

 

"Tú… ¿Qué eres realmente?"

 

¿Cómo sabía incluso eso?

 

"Qué pregunta tan tonta. Ya sabes lo que soy, ¿No?"

 

El Demonio Celestial me sonrió.

 

"Soy el Demonio Celestial. No tengo otro nombre. Y aunque lo tuviera,"

 

El Demonio Celestial acarició mi mejilla con su fría mano mientras hablaba.

 

Sentí que hizo algo, porque no podía escapar de su toque; mi cuerpo estaba congelado como una roca.

 

Mi brazo temblaba.

 

Mi brazo izquierdo temblaba violentamente, como si despreciara que la mano del Demonio Celestial me tocara.

 

Después de echarle un vistazo a mi brazo, el Demonio Celestial me habló con una sonrisa.

 

"Ya lo olvidé."

 

Y al mismo tiempo que terminó su frase, la Puerta de Demonios se abrió de golpe.

 

"Tú también deberías hacerlo."

 

Y así, la Puerta de Demonios me tragó por completo.


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